Si pretendemos mejorar un museo con un cambio, debemos tener en cuenta lo que nunca hay que hacer; conocer los principales pecados que comete el museólogo, aquellos que son capitales porque acaban con el alma del museo, lo desbaratan. Hemos hablado en otros artículos sobre los males externos que amenazan a la cultura y a los museos en estos tiempos de crisis devastadora, así como aportando algunas ideas para afrontar la pobreza de la cultura y de los museos, analizando los males internos, sobre todo aquellos que proceden de los propios museos. Los hemos hecho analizando su propio contenido, en sus propias galerías y vitrinas y durante mucho, mucho tiempo. ¿Qué hacen esas moscas yaciendo muertas dentro de las vitrinas? Mala señal. Si el visitante ha visto algo así en el museo, seguro que se encontrará con más sorpresas que no van a ser precisamente agradables, ni que ayudarán a que vuelva o hable bien de él.
En este sentido, son muchas las cosas que en este museo no deberían ser así. La mayoría de estas cosas no dependen solamente del dinero que se invierte en el museo. Se trata simplemente de la ausencia de buenas prácticas y de la existencia de problemas vinculados a la gestión, verdaderos pecados capitales de la museología y museografía. La lista de estos pecados capitales del museo local podría ser la siguiente:
1. Se debe informar al visitante de las salas de exposiciones cerradas al público o en proceso de remodelación.
2. El museo debe tener en cuenta al público infantil y juvenil, no olvidarse nunca de ellos. Pueden llegar a convertirse en su público más importante.
3. Que el museo no analice el tipo de visitantes que tiene.
4. Que el museo no informe del sentido (recorrido racional) de la visita.
5. Las manías y gustos de los responsables del museo nunca se deben imponer a un criterio profesional en museología y museografía.
6. No puede ser que el museo no disponga de un servicio de documentación abierto al visitante.
7. El museo no debería nunca de dejar de tener folletos y catálogos, si hay libros u objetos en venta hay que atender al posible comprador.
8. El museo nuca debe prestar o intercambiar sus piezas más importantes.
9. El museo no debe tener cerradas público la biblioteca, el almacén/o el taller de restauración.
10. El museo nunca debe dejar de documentar exhaustivamente sus piezas.
11. El museo no debe permitir que sus medidas de seguridad interfieran en la visita.
12. Los vigilantes nunca deben actuar como si fueran miembros del SWAT o de los Navy Seals. Lo de “me estás mirando a mi” está bien para Taxi Driver y nada más.
13. No está bien que el museo no nunca cambie sus exposiciones.
14. Los museos no deben cerrar en días festivos y días en que los visitantes SÍ pueden visitarlo.
Terrace Gallery: Oscar&Ewan
15. No puede ser que los sistemas audiovisuales e interactivos estén sucio y rotos.
16. No se debe restringir el horario de visita.
17. No debe ser que los museos no quieran introducir innovaciones audiovisuales por el precio del mantenimiento de las bombillas.
18. No puede ser que el museo no disponga de bancos, sillas, banquetas y espacios cómodos para que los visitantes puedan descansar.
19. No puede ser que el museo desconozca que los bebés. los invidentes y personas con algún tipo de minusvalía existen, sobre todo aquellos que se desplazan en silla de ruedas.
The Black Workshop
20. No puede ser que el museo no tenga los aseos aseados.
21. No puede ser que el museo solo tenga calefacción y aire acondicionado en el despacho del director.
22. No puede ser que las actividades del museo sean iguales para todos los públicos.
23. No puede ser que el museo tenga aseos donde una silla de ruedas no puede hacer un giro de 360º y el inodoro no tenga asideros.
24. No puede ser que en el museo nos ordenen callarnos.
25. Los museos no pueden prescindir de tener una tienda, aunque sea pequeña.
Todas estas soluciones no son determinantes en relación con sus presupuestos; no son cuestión de dinero absoluto. Es cuestión de que nos guste nuestro trabajo, que le pongamos pasión, ganas y sintamos respeto por los visitantes que tienen a bien el darse una vuelta por nuestro museo en vez de irse al centro comercial de turno. Todo pasa por hacerse con una lista de buenas prácticas y seguirlas fielmente. Pero podemos resumirlo todo diciendo que lo importante del museo local, sea pobre o rico, es que sea capa de generar conocimiento y emociones en sus visitantes.
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