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quinta-feira, 23 de abril de 2015

MUSEO AGITADOR CULTURAL · en CULTURA, INSTITUCIONES,MUSEO, MUSEOGRAFÍA, OPINIÓN. ·

La acción cultural del museo debe ir más allá de la mera exposición de sus colecciones; el museo debe salir de su cascarón y ofrecerse a la ciudad que lo acoge, hacia su territorio, apoyando manifestaciones que en ese espacio ciudadano se celebren: eventos diversos como pueden ser festivales de teatro, de música, jornadas de patrimonio, convenciones, noches de los museos o participando en las festividades y conmemoraciones del lugar, incluso carnavales. Cualquier excusa es buena para que el museo extienda sus brazos y así enredar lazos con la comunidad y los que la visitan. El museo debe desarrollar una estrategia de integración e implicación en los eventos culturales y sociales de su entorno, además de promover sus propios proyectos para atraer a visitantes.

Sin título, Jeff Holt

Sabiendo aprovechar las oportunidades que le ofrecen acontecimientos que en principio nada tienen que ver con la labor diaria del museo, este se convierte en un centro de reflexión de temas de otro modo considerados como inaccesibles en un museo. El museo debe producir actividades en las que distintos especialistas puedan relacionarse de un modo informal con el público, por ejemplo: un cirujano puede realizar una charla sobre medicina apoyándose en las obras de la colección que traten sobre este tema, un cocinero puede explicar la elaboración de ciertos platos originarios de la Edad Media y acabar realizándolos en el restaurante del museo o celebrando un catering, un escritor de novelas de misterio plantea un juego de rol por el museo… Ángel Blas* lo explica de una manera muy clara en su articulo, “Nueva sociedad, nuevos museos”:

“El objetivo sería, entonces, conseguir un nuevo museo desde la óptica de la relación con la sociedad que, por tanto, afectaría directamente a la explotación de sus contenidos. Debe explorar distintos tipos de vinculaciones o profundizar las que ya están abiertas, pero estudiando a sus públicos, las relaciones que establecen con el arte y las inquietudes que esperan satisfacer. El museo actual necesita, en suma, ser sensible, al fin, a los intereses sociales, intelectuales, éticos y emocionales de su entorno, estar abierto al cambio en los discursos y romper la tensión con los ciudadanos”. 


El museo también debe ser visto por la comunidad como un lugar de encuentro, un lugar frecuentado donde poder encontrar actividades que satisfagan a grandes y pequeños, que sean los niños los que digan «papá, llévame al museo» – una frase espectacular -, y los padres lo vean como una muy buena alternativa para sus momentos de ocio.


Las actividades que puedan proponerse a partir de una exposición pueden ser tantas y tan distintas que traspasen los resultados que se puedan prever. La participación de los visitantes es básica para que las actividades sean posibles como es lógico, pero también, para poder abrir nuevas interpretaciones a las que en un principio se habían propuesto; para permitir que cada individuo pueda tener su propia experiencia, nunca darlo todo por hecho. En definitiva, se trata de convertir al visitante en protagonista de su visita, darle las pautas para que pueda descubrir por el mismo, pensar, aprender de una manera informal, siempre desde el punto de vista del ocio y la diversión.





fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti  Espacio Visual Europa (EVE)

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