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segunda-feira, 20 de abril de 2015

MUSEO Y GESTIÓN MULTICULTURAL - · en CULTURA, INSTITUCIONES,MUSEO, MUSEOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA, OPINIÓN, PATRIMONIO. ·

Un museo debe incorporar en su enfoque museológico la diversidad de intereses y aspiraciones demandados por una sociedad cambiante y multicultural, teniendo en cuenta que siempre hay una «cultura oficial dominante» que prevalece sobre el resto, pero que a su vez ha sido generada a partir de la herencia dejada por el resto de culturas que históricamente han convivido o se han relacionado más o menos esporádicamente con ella. Cualquier proyecto museológico ha de tener una visión panorámica del mundo que le rodea y debe plantear un discurso global-local «glocal». A este respecto, la intervención museológica realizada en los parques nacionales canadienses, considerándolos «puntos de anclaje» en el territorio y representantes de los valores contemporáneos de la mundialización, basada en una museología abierta, ecosistémica y enraizada en el territorio.



Con la gran revolución que ha representado en los últimos años la universalización del acceso a los medios, las barreras culturales basadas en el desconocimiento del otro han quedado, en gran parte, superadas. Hoy en día, la educación en el museo debe plantearse como una necesidad educativa de primer orden en todos los universos educativos. La educación en el museo no solo refrenda valores cívico-morales, sino que ayuda a la construcción de la identidad cultural de las personas, de todos nosotros, y al desarrollo de visiones culturales de gran interés teórico y práctico. Si a eso le añadimos unos movimientos migratorios solo comparables con los que experimentó el continente americano en los siglos XIX y principios del XX, aquello que hace dos décadas se consideraba exótico y solfa descubrirse leyendo enciclopedias, libros o realizando viajes para descubrirlo ahora lo podemos encontrar mirando por la ventana de nuestra casa. Ha pasado de ser un aspecto limitado a los museos de temática etnológica o solamente referenciado en museos de aquellos países con una tradición más dilatada en el campo del multiculturalismo (Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, etcétera), a ser asumido por la gran mayoría de museos sin importar la naturaleza de sus colecciones. Estas acciones sobre la globalidad del conocimiento deben formar parte, sí o sí, de la filosofía del museo, de dejándolas solo como acciones puntuales para justificarse de cara a la galería, no existiendo una voluntad clara de que sean incorporarlas a la hoja de ruta del museo.


Los museos que asuman el reto de aceptar la incorporación de nuevos discursos y concepciones que conviven con la cultura mayoritaria deben hacerlo evitando siempre un cierto paternalismo hacia estas culturas minoritarias.

Cualquier itinerario educativo, visita, exposición permanente o temporal ha de contemplar una serie de recursos que permitan incorporar a visitantes que por razón de raza, religión, origen, condición socioeconómica, etcétera, tengan alguna dificultad para disfrutar de la visita de la misma manera que el resto de públicos. Especial atención deben tener los museos dedicados a un periodo histórico o una temática compleja como por ejemplo una guerra, el apartheid o el genocidio indígena sea el lugar que sea, ya que, dependiendo del enfoque del discurso museográfico y los programas de público que de este se deriven, se pueden herir muchas sensibilidades. En este sentido, es imprescindible la creación de un protocolo de trabajo que incorpore elementos de interpretación o acompañamiento para los visitantes.


El Jüdisches Museum de Berlín (JMB) es un museo donde se conjugan a la perfección todos aquellos aspectos museológicos con el objetivo de narrar la historia de los judíos en Alemania. El museo de los judíos consigue generar una atmósfera que envuelve al visitante sumergiéndolo en la narrativa del museo. Desde la arquitectura del edificio a la distribución de las salas, donde se intercalan diferentes museografías que van desde lo didáctico a la puramente conceptual, pasando por los programas educativos, consiguen que el visitante se acerque paulatinamente a la historia y a la cultura judías y al holocausto nazi. Que la labor educativa es una de sus grandes tareas lo demuestran actividades como «El JMB hace escuela», en la que un equipo de pedagogos viaja con un autobús por toda Alemania para presentar la labor del museo con una exposición y talleres que se montan en el patio del colegio. Destacamos la manera de explicar la liturgia y los rituales del judaísmo, buscando la transversalidad con otras creencias religiosas cuando se trata de explicar conceptos como la fe, la oración, el peregrinaje, los símbolos, etcétera, algo que hacen mediante pequeños clips de dibujos animados.


Otra experiencia museística que afronta un tema complejo para divulgar es la delApartheid Museum. En él se relata de forma explícita la humillación y crueldad que vivieron millones de personas negras. Desde el inicio de la visita se sumerge al visitante en una atmósfera dirigida: valga como ejemplo que, nada más comenzar el recorrido, los visitantes deben escoger hacerlo por las puertas en las que se indica «white» o «no white»; los primeros van por un camino al aire libre, sin indicaciones, mientras que los segundos pasan por un opresivo laberinto de celdas, entre las que se encuentran las cartillas de identidad de algunas de las personas que vivieron en los barrios miserables a los que fueron confinados a finales de los años cuarenta.


Aparte de los museos de sociedad, arte o antropología, también desde la perspectiva de la ciencia se puede abordar la diversidad. Un claro ejemplo lo encontramos en el Parque de las Ciencias de Granada (España), que es un museo diseñado para la participación interactiva del público. El Parque dispone de diversas áreas de exposiciones permanentes, entre las cuales destaca el Pabellón de Al-Ándalus y la Ciencia, cuyos contenidos ofrecen al visitante una completa visión sobre el legado científico arabo-musulmán y las distintas aportaciones al mundo de la ciencia y su posterior evolución hasta el tiempo presente. Otro museo importante en el área de la ciencia, en este caso sobre la especie humana, es el Museo de la Evolución humana de Burgos (España) que, al construirse tan cerca de los yacimientos de Atapuerca, punto clave a nivel mundial para conocer nuestros orígenes, se ha convertido en un museo que integra el entorno y un museo de territorio, ya que las visitas al edificio se suelen compaginar con la visita a los yacimientos. Este museo explica los orígenes de nuestra especie; no hay mejor lugar para hacer hincapié en que todos procedemos del mismo lugar, formarnos parte de la misma especie y que la adaptación al medio es la que motivó nuestras diferencias físicas.


fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti 

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