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segunda-feira, 30 de maio de 2016

Prémio Personalidade 2016 da Associação de Museologia para Madeira e Açores

A Associação Portuguesa de Museologia vai distinguir Luiza Clode, ex-diretora do Museu de Arte Sacra do Funchal (Madeira), e Francisco dos Reis Maduro-Dias, ex-diretor do Museu de Angra do Heroísmo (Açores), com o Prémio Personalidade 2016.

De acordo com aquela entidade, que atribui anualmente prémios para museus, projetos, profissionais e atividades desenvolvidas no setor, as distinções serão entregues no dia 03 de junho, no Museu do Dinheiro, em Lisboa.

De acordo com o presidente da Associação Portuguesa de Museologia (APOM), João Neto, esta entidade decidiu, este ano, atribuir o prémio de carreira a estas duas figuras da área da museologia.

Luiza Clode, 80 anos, ex-diretora do Museu de Arte Sacra do Funchal, é autora de vários guias patrimoniais e artísticos da Madeira, nomeadamente "Tesouros Artísticos de Portugal", "À Descoberta de Portugal" e "Por Terras de Portugal", editados pela Reader`s Digest.

Nascida no Funchal, em 1936, fez o curso do Magistério Primário, o curso superior de Escultura, licenciou-se em História e estudou Ciências Pedagógicas, tendo lecionado em vários níveis de ensino, desde o primeiro ciclo, à Academia de Música e Belas Artes da Madeira, mais tarde Instituto de Artes Plásticas.

É coautora, com Fernando António Baptista Pereira, do livro "Museu de Arte Sacra do Funchal Arte Flamenga" (1997), e foi pioneira na introdução dos serviços educativos nos museus da Madeira.

Desde 1976, fez parte da comissão diretora do Museu de Arte Sacra do Funchal, tendo sido responsável pela vertente museológica na instituição, promovendo as coleções, o seu estudo, inventariação e divulgação.

Francisco dos Reis Maduro-Dias, 62 anos, natural de Angra do Heroísmo, ilha Terceira, Açores, é licenciado em História pela Universidade do Porto, com pós-graduações em Museologia na Universidade Autónoma de Lisboa, e em Gestão e Conservação da Natureza, pela Universidade dos Açores.

Foi diretor do Museu de Angra do Heroísmo, entre 2002 e 2005, e diretor do Gabinete da Zona Classificada de Angra do Heroísmo, entre 1987 e 2000.

Ao longo dos últimos 40 anos tem desenvolvido atividade nas áreas da cultura e identidade, desenvolvimento sustentado e património cultural, com textos publicados, palestras e comunicações, em congressos e colóquios em Portugal e no estrangeiro.

Tem sido professor convidado em diversas instituições, nomeadamente na Universidade dos Açores, e na Escola Superior de Enfermagem de Angra do Heroísmo, nas áreas da cultura, património, turismo e identidade.

Fundada em 1965, a APOM atribui os galardões na área da museologia, desde 1997, para incentivar o espírito de preservação e divulgação do património dos museus, segundo a associação, que distingue ainda, entre outros, a melhor intervenção e restauro, o melhor catálogo, mecenato e projeto museográfico.

 

 

 

Centro Cultural Alberto Rougés, SM de Tucumán - Argentina

El Centro Cultural Alberto Rougés nació en junio de 1990 como un resultado natural del crecimiento de la Fundación Miguel Lillo y como una respuesta a la necesidad de integrar la investigación científica con la indagación humanística.


Con su creación se unen dos nombres señeros de nuestra cultura: el del científico Miguel Lillo con el del humanista Alberto Rougés, amigos que compartieron ideales y proyectos.

Al pertenecer a una institución científica de reconocido prestigio, el Centro Cultural muestra otras formas del quehacer humano y por eso ha dado cabida a la reflexión filosófica, a la investigación histórica, a la creación y a la crítica literaria, a la expresión de los artistas plásticos... La Casa es, de esta forma, la sede natural de numerosos congresos, exposiciones y talleres y se ha convertido en un sitio insoslayable de la cultura tucumana.

En cuanto a su arquitectura, funciona –desde hace más de dos décadas- en una casa señorial que constituye uno de los pocos ejemplos del estilo francés de fines del siglo XIX que quedan en la provincia. Allí se conjugan el esplendor tradicional y la moderna tecnología que requiere la creación y transmisión de cultura.

El Centro cultural actúa como receptor y difusor de propuestas culturales a través de cursos, conferencias y congresos, cuya temática abarca las ciencias sociales en general, siendo de especial interés el estudio del noroeste argentino, su cultura, sociedad, política, economía, tradiciones, etcétera.

Como productor cultural se inserta en la comunidad con un proyecto de investigación histórica y uno de artes plásticas.

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Este primer Boletín de Historia y Cultura reúne los trabajos de investigadores del Centro Cultural Alberto Rougés de la Fundación Miguel Lillo referidos a la Historia de Tucumán ampliando el proyecto inicial dedicado a estudiar la llamada Generación del Centenario. 

Los cinco artículos abordan aspectos que permiten conocer problemáticas planteadas en la historia provincial en cuanto a sociedad, cultura y política desde fines del siglo XIX a mitad XX. La diversidad fue una fuente de enriquecimiento del equipo y suscitó un fecundo intercambio de ideas.

Además, pusimos una sección dedicada a novedades y actividades del Centro Cultural. Esperamos que este número cumpla con los parámetros de calidad y actualidad que caracterizan a una revista de esta clase y despierte el interés de la comunidad académica y de los interesados en conocer nuestra historia.



Las ruinas de los Quilmes Tucumán, Argentina. Existen desde el año 800 a. C.

Son los restos del mayor asentamiento precolombino en dicho país. 


Ocupan aproximadamente treinta hectáreas y están ubicadas al pie del cerro Alto del Rey. El lugar fue primero propiedad del pueblo originario, posteriormente del estado provincial, más tarde de un concesionario privado y finalmente, de los descendientes del pueblo Quilme. Estas ruinas han sido reconstruidas, por lo que en la actualidad pueden ser visitadas por los turistas. 

Fueron estudiadas por primera vez en 1897 por el arqueólogo Juan Bautista Ambrosetti y restauradas por un equipo bajo la dirección de Horacio Difrieri y Norberto Pelissero, con criterios más turísticos que arqueológicos.


Los indígenas conocidos como Quilmes, los primeros habitantes de este lugar, tuvieron una altísima densidad de población, lo que les permitió una mejor distribución de las tareas y una mayor explotación del ecosistema. En los Valles Calchaquíes en su totalidad se formaron ciudades con tan alto índice de densidad que actualmente los especialistas las consideran "las primeras ciudades prehispánicas de la Argentina".

Dichos asentamientos comenzaron su existencia en el siglo X d. C., alcanzando un gran desarrollo sociocultural y un buen manejo de sistemas agropastoriles y de cultivo e irrigación muy complejos. Este progreso continuo se vio recién interrumpido en 1667 cuando los Quilmes sufrieron su más importante derrota militar a manos de los españoles, liderados en este caso por Francisco Mercado y Villacorta, mediante el sitio a sus principales fuertes. Unos 400 españoles sitiaron a un pueblo de más de 6000 originarios primero impidiéndoles acceder a sus cultivos sobre la planicie fértil del Río santa María y luego envenenaron la fuente de provisión de agua que llegaba desde las montañas. Mientras los españoles contaban con armaduras y armas de fuego, aquellos utilizaban arcos y flechas, hondas, lanzas y hachas con puntas de piedra.

Luego de más o menos un mes, el pueblo indígena decidió rendirse. Su cacique, Martín Iquín, fue su vocero en ese entonces.

 Las ruinas de los Quilmes están ubicadas en el Valle Calchaquí,

Capitulose que se les perdonarían las vidas y haciendas, pero con condición que habían de desamparar el valle y ser encomendados a los vecinos en el lugar que les destinase el Gobernador.
Lozano, 1875.

Luego de su rendición y debido a que los españoles no lograron someterlos, fueron obligados a recorrer mil kilómetros a pie sin agua ni comida. Se estima que de los más de 2.600 sobrevivientes que partieron, solamente llegaron a los húmedos e insalubres bañados de Quilmes a orillas del Río de La Plata, poco más de 400. 

Los supervivientes finalizaron sus días pereciendo principalmente por enfermedades pulmonares. Al llegar no encontraron el algarrobo considerado sagrado ya que les daba alimento, leña y bebida sagrada. 

No conocían las hierbas medicinales locales y no podían sanarse. El sitio ubicado a 35 km al sur de la actual ciudad de Buenos Aires se denomina Quilmes en referencia a la Misión de Santa María de Quilmes.


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Arquitectura de las ruinas
Las ruinas de los Quilmes son un conjunto de viviendas que pertenecieron a dicho pueblo originario, donde se pueden observar restos rectangulares y circulares de los cimientos de la construcción.





Este asentamiento servía de hogar para las familias quilmes, lo cual no era bien visto por sus vecinos, los indios calchaquíes, con quienes tenían cruentos enfrentamientos. Finalmente se aliaron para combatir a los españoles, quienes los derrotaron en el siglo XVII.

La fortaleza se mantuvo en pie desde los años 800 hasta el siglo XVII, con una población estable de tres mil personas, hasta que finalmente fueron obligados a trasladarse a pie 1200 km hasta la zona en donde hoy se encuentra la ciudad de Quilmes en la provincia de Buenos Aires el 2 de enero de 1667.

 Durante esa travesía, murieron muchos de los casi cuatro mil indígenas desterrados. Gracias al trabajo de un equipo de especialistas, que restauró los edificios más importantes, se puede observar la complejidad del asentamiento. Dos fortalezas que servían de defensas contra posibles ataques de poblaciones indígenas vecinas y uno de los sectores de una ciudadela han sido reconstruidos.

En los restos de la ciudadela se pueden observar casas de piedra, antiguas paredes de roca y también cactus. La ciudad original incluía asimismo una capilla construida por los españoles con el fin de evangelizar a la población, la cual se estima en cinco mil habitantes. Otro elemento llamativo de estas ruinas son las destacadas construcciones de represas de agua y la gran cantidad de cultivos, principalmente de maíz, que eran la base alimenticia de estos indígenas. Se cree que la estrategia aplicada por los españoles para derrotar a este belicoso pueblo consistió en cortar su acceso a las fuentes de reserva de recursos, tanto hídricos como alimenticios. son actualmente debido al periodo humedo (efecto niño) precipita 160 mm al año.