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sexta-feira, 10 de junho de 2016

Museos: La Arquitectura de la Vida - La más reciente y destacada novedad, es el Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMOMA),


Como se dice en nuestra tierra: "La cabra siempre tira para el monte". En nuestro caso, mostramos querencia, una vez más, hacia el área de la bahía de San Francisco. ¿Por qué tanta bahía últimamente? Pues porque en la zona de la bahía de SF, están pasando muchas cosas buenas, muchas de ellas relacionadas con los museos. Nosotros queremos estar allí y narrarlas para vosotros, ni más, ni menos.


La zona de la bahía ha venido traspasando algunas pesadas y complicadas barreras - que no vamos a describir hoy aquí ya que son muchas -. Todas las evoluciones han cambiado todo el panorama de los museos de SF en menos de cuatro meses. La más reciente y destacada novedad, es el Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMOMA), una muestra imponente de arte moderno del que ya os hablamos en su día. Partiendo del edificio original de Mario Botta (1995), se ha incorporado una nueva construcción con un innovador diseño del estudio sueco Snøhetta, que expande el espacio de la galería, pasando de los antiguos 6.500 metros cuadrados, a los actuales 15.790. Ahí queda eso.




Pero antes, a finales de enero de este año, el Museo de Arte de Berkeley y Pacific Film Archive (BAMPFA), dio a conocer su nueva sede, igualmente inspirada y con mucho diseño, aunque sea mucho más pequeña que la del SFMOMA. En una antigua planta de impresión de estilo Decó, ampliada y rediseñada por Diller Scofidio y Renfro, los arquitectos que firmaron el Broad en Los Ángeles, el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston (ICA), así como la expansión del Museo de Arte Moderno de Nueva York y el parque High Line en Chelsea (NY).




Estos dos nuevos museos en el Área de la Bahía, representan una nueva etapa a la que se le han asignado funciones cada vez más complejas. Estos museos se han convertido en entidades sociales y educativas, adaptándose a una amplia gama de disciplinas artísticas. También comparten en sus instalaciones unos "usos amistosos" (user-friendly touches), que se convertirán en tendencias para otros museos: Las puertas del ascensor llevan impresos los directorios de cada piso, y un anfiteatro, o escalera romana, que se encuentra tentadoramente cerca de la entrada, para el disfrute de todos los que vayan por allí (está inspirado en los grandes escalones de Times Square de NY, para sentarse esperando a que abran TKTS). Mientras que los escalones del anfiteatro del Museo de San Francisco son de madera de arce con una textura muy fina, en Berkeley se han diseñado y fabricado en madera sólida, con brillantes nudos de pino canario, todo manufacturado en la carpintería del maestro artesano Pablo Discoe. Decir también, muy bajito, para que no nos oigan los estudiantes, que se han talado siete árboles, creando más espacio para la expansión del edificio. Lo de los árboles ha sido todo un reto en el hogar del nacimiento del movimiento ecológico (y cualquier otro que podamos imaginar).




Sin salir del museo, los escalones permitirán examinar de cerca el gigantesco mural de Qiu Zhijie, titulado "El Jardín del Mundo", una extensión pictórica muy llamativa por su detalle y energía gráfica, ofreciendo una visión de la existencia humana a partir del concepto de un jardín chino. La creación del mural, inaugura otra serie de intervenciones pictóricas previstas para esa pared y, por el momento, será el preludio de lo que se ha denominado "La Arquitectura de la Vida", una exposición que finalizó el pasado domingo 28 de mayo. El espectáculo, que combina el arte y objetos de diferentes culturas, pretende también ser un homenaje a las diversas variedades de investigación científicas antiguas y nuevas, representando años de búsqueda en el saber, el conocimiento, el pensamiento y su conexión con el mundo.




Volviendo al SFMOMA, al estudio de los suecos Snøhetta, combinaron lo mejor de la construcción rígida de Botta, para convertir el Museo de San Francisco en algo realmente abrumador a la vista. Diller Scofidio y Renfrow, comenzaron la construcción del museo a partir de una estructura muy sólida, que ya existía: una gran fábrica de un solo piso cubierto, con bóveda de techos y tragaluces en forma de dientes de sierra - un material para la galería perfecta -, todo ello unido a un edificio administrativo ligeramente más alto, de tres pisos, ambos de hormigón colado recientemente pintado de un blanco resplandeciente.


Archivo EVE


Para la renovación del Museo de Berkeley, se buscó una zona del terreno en forma de ángulo recto, formado por la unión de una fábrica con su ala administrativa, añadiendo a ambos un elegante elemento lúdico. Se trata de una escultura que embellece el conjunto y lo consolida como grupo arquitectónico. Ese añadido, revestido de acero inoxidable con un diseño tipo Streamline, aparece envolviendo los edificios existentes. Para la ampliación de la planta, los arquitectos ordenaron hacer una excavación por debajo del emplazamiento de la antigua fábrica, haciendo posible un espacio gigante para el anfiteatro, creando, a su vez, un nivel más bajo que se ve sorprendentemente ligero y con una gran capacidad. En el nuevo espacio, hay más galerías, una zona de clase de arte y tres centros de estudio.




La parte superior de la fábrica, alberga una cafetería con vistas a las galerías y a las escaleras de piedra. Todo es conjunto se extiende sobre la entrada del museo, creando un dosel en forma de caja. En la parte trasera del edificio, los ventiladores con revestimiento exterior, generan un espacio de la planta baja mucho más grande, donde se encuentra el teatro principal del Pacific Film Archive. De manera muy original, se ha instalado una pantalla gigante de cine digital al aire libre, frente a la calle, asemejándose a un aparato de televisión vintage de la década de los 80.




Mientras que la renovación inicialmente puede parecer un poco extraña, como si una nave espacial plana gigante se hubiera posado en el edificio, finalmente comprobamos que la formas combinan bien. La razón de este diseño tan heterogéneo, es que los espacios interiores son variados, desarrollándose sobre el concepto de la lógica y la sorpresa. Este puede ser el mejor diseño de museo firmado por Scofidio, Diller y Renfro.




Regresando a la "Arquitectura de la Vida", decir que no define el concepto arquitectónico del Museo de Arte Moderno de San Francisco, ni tampoco una presunción literaria, sino que define un fenómeno visual: Se centra en la forma como la verdad esencial de la existencia,aquello que es inherente a todas las actividades humanas, el equilibrio que se encuentra en toda la naturaleza, la esencia de la vida explorada por los científicos, perseguido por los pintores y compositores. No se trata tanto de reivindicar la existencia de los artistas más jóvenes, o en mostrar modelos y planos arquitectónicos de última generación, ni tampoco en exhibir las obras de artistas conocidos, o no. Aquí se exponen las fotografías de los copos de nieve de Wilson Bentley (1920); los dibujos de Ernst Haeckel sobre protozoos oceánicos (1860) y, muy curiosamente, los dibujos en tinta de Santiago Ramón y Cajal sobre corteza cerebral, que datan de finales del siglo XX. Y hay varios ejemplos espectaculares de textiles, sobre todo de los siglos XVI y XVII de Italia, prestado por el Museo del Encaje y Textiles en Berkeley.




El señor Rinder, creador del concepto de la exposición "Arquitectura de la Vida", ha trabajado realmente duro. La exposición incluye varios cestos Pomo del Museo Hearst de la Universidad de Antropología de Berkeley, además de cuencos de madera traídos del Museo Oakland de California, junto con las colchas de patchwork de Rosie Lee Tompkins (1936-2006), de Oakland, reconocida allí como una gran artista. También se muestran préstamos europeos, incluyendo una pintura de Johannes Itten titulada "Encuentro" (1916), que representa el espectro de color como si fuera una espiral (1876), y una obra maestra del impresionista Gustave Caillebotte, titulada "Pont de l'Europe", que representa un puente de París.




Para el Museo de Arte de Berkeley y Pacific Film Archive, todo el conjunto se refleja como un espejo brillante en este magnífico espectáculo. La nueva casa del museo de Berkeley, partiendo de su uso inicial e inspirado por sus antiguas galerías, todo apunta a que va a tener un futuro fulgurante.






* Algunos archivos multimedia no se muestran en este correo electrónico pero se pueden ver en el sitio web.










Fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti


Cultura brasileira - Museu de Belém recebe exposição ( Quizomba ) sobre religião afro-brasileira.

Mostra da fotógrafa Úrsula Bahia será aberta na quinta-feira, 9, às 19h.


O Museu de Arte Sacra, em Belém, promove a partir da quinta-feira (9), às 19h, a exposição “Quizomba – Como nós nos enxergamos e como os outros nos enxergam”, da fotógrafa paraense Úrsula Bahia. A mostra pode ser visitada até o dia 3 de julho e tem entrada gratuita.

“Quizomba” é um termo comum aos iniciados nos cultos afro-brasileiros e diz respeito às festividades que ocorrem nos terreiros. A mostra reúne 21 fotografias em tamanhos que variam de 50 cm x 75 cm a 1,80 metros e mais 20 imagens em projeção, todas em preto e branco.

As imagens foram feitas em três casas: uma de candomblé, o Terreiro Mam'eto Nangetu; uma de Umbanda de Mina, Nagô Nossa Senhora da Conceição e no Terreiro de Mina Nagô, Glorioso Santo Antônio.

Úrsula conta que a inspiração para este trabalho começou ainda nos anos 1990, quando entrou em contato com o trabalho de outros fotógrafos.

“Depois que conheci os trabalhos de Guy Veloso e Artur Leandro, tive vontade de fotografar umbanda e candomblé. Tenho uma amiga que frequenta o candomblé e ela falou com a mãe de santo dela para me autorizar a fazer o registro, então, comecei. Sou cristã evangélica, mas este fato não me impediu de me aproximar das religiões afro-brasileiras, faço as fotos como em qualquer outro trabalho”, afirma. 


Serviço
A exposição “Quizomba – Como nós nos enxergamos e como os outros nos enxergam” será aberta na quinta-feira (9),às 19h, no Museu de Arte Sacra, na praça Frei Caetano Brandão, no bairro da Cidade Velha, em Belém.





Cultura brasileira - Livro: "Um defeito de cor" de na Maria Gonçalves. --- Brazilian culture - Book: "A color defect" of the Maria Gonçalves.

"Um defeito de cor" é um romance narrado por uma mulher africana que foi capturada na costa da África, na cidade de Uidá, e foi transportada em um navio negreiro para o Brasil. O primeiro destino de Kehinde foi a Bahia e a partir daí uma longa história se desenrola. 

A vida da personagem principal é recheada de bons e maus momentos, dessa forma, podemos ler no livro cenas de estupro, de violência contra os negros, de revoltas políticas, de lutas pelo fim da escravidão no Brasil, mas também podemos ler "relatos" das grandes festas católicas da Bahia, bem como grande festas africanas nas quais os deuses da África eram adorados. Luísa (nome cristão de Kehinde) passou por vários lugares do Brasil depois que conseguiu comprar a alforria dela e do seu filho, entre eles está o Rio de Janeiro, porém, após fracassar com a busca de um filho perdido, ela acaba voltando para a África e se reestabelece em Uidá iniciando uma nova fase em sua vida. 


Ana Maria Gonçalves na abertura do Festival Latinidades 2014


Enquanto viveu no Brasil, a personagem principal se envolveu muito com a cultura religiosa do seu povo, que existia clandestinamente em território cristão, e, na obra, ela narra histórias de vários orixás e dos cultos realizados para eles. Conta também o pouco que conhece da religião dos muçurimins a partir do contato que teve com eles. Ela narra todos os altos e baixos da sua vida, como foram os seus relacionamentos amorosos com homens negros e brancos, como conseguiu sobreviver quando corria perigo, como foi sua participação em uma revolta na Bahia, etc.

Há a presença de diversos outros personagens no livro, sendo algumas delas figuras históricas. Entre os personagens mais importantes para o desenvolvimento do romance figuram a Sinhá Ana Filipa e seu esposo, a Sinhazinha Maria Clara, que se tornou uma fiel amiga de Kehinde, os pretos que ela conheceu na sua primeira morada (ou senzala), Esméria, que se tornou uma mãe para Kehinde, Tico e Hilário. E mais tarde o Fatumbi, o padre, Alberto, Baba Ogumfiditimi, Banjokô (seu primogênito), Jonh e os seus outros três filhos. 

É uma narrativa longa, de 952 páginas, mas foi escrita por Ana Maria Gonçalves com maestria, simplicidade e ritmo. Peca apenas em um ponto: a história começa a ser contada por Kehinde sem estar endereçada a uma pessoa em específico, como se fosse para um grande público, mas quase na metade do romance, quando nasce o segundo filho da personagem, a narrativa passa a ser endereçada para ele, o que causa certo estranhamento até que o leitor se acostume com a mudança. 

"Um dedeito de cor" é rico em expressões de línguas africanas, em imagens, histórias, sons e espiritualidade e é um romance emocionante. A partir dele podemos ler um período da escravidão na ótica do escravizado, mostra o lado, as privações e os sentimentos dos negros oprimidos, coisa rara na literatura brasileira. Mostra também a beleza da mistura da cultura africana com a cultura do Brasil, além de criar um trânsito entre elas duas, mostra a face de um Brasil que muitos desconhecem. 

É, sem dúvida, um belo romance.




Fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti

colaboração: Marcela Boni