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quarta-feira, 30 de abril de 2014

MUSEOGRAFÍA EMERGENTE


Combinamos el término emergente del título del blog de hoy con museografía, para designar la aparición de algo nuevo o conjunto de novedades referidas a algo en concreto. Ese algo al que queremos referirnos hoy es la museografía moderna, lo que a nosotros nos gusta denominar: museografía didáctica, ahora también emergente. 

La existencia de la museografía emergente es una realidad al día de hoy, que se está desarrollando gracias a la aparición de unos conceptos verdaderamente simples, pero dando lugar también en conjunto a teorías complejas. Se hace complicado hablar de estas cosas tan nuevas. Hacemos referencia a su complejidad, no ya tanto por una supuesta dificultad de contenido, sino por la forma tiene esta nueva realidad de darse a conocer públicamente. 

No hay normas, no se muestran formulaciones básicas, no existen reglas que puedan formularse para que esta nueva etapa de la museografía pueda entenderse fácilmente. Podemos hacer un esfuerzo y generar cuatro ideas que resumen así, un poco forzadamente, esta realidad nueva – nuestra obligación es despejar dudas si está en nuestra mano -, vamos allá:


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1. La interpretación (contextualización del contenido museológico) como instrumento de las nuevas ciencias museológicas.

2. Cualquier contenido u objeto puede estar bajo el tratamiento museográfico, incluido un edificio o incluso una ciudad entera (patrimonio cultural).

3. Las nuevas museologías solo se justifican si facilitan el conocimiento universal y potencian la memoria histórica.

4. Detrás de cada objeto expuesto debemos ver claramente la existencia de un ser humano que, como transmisor de conocimiento, está dotado de historia y de memoria.


La contextualización de las exposiciones en los museos es una de las nuevas estrategias de difusión de contenidos en las que se basan las museografías emergentes

Los museos son las instituciones que luchan contra la ausencia de una memoria humana común. La verdad existe si sabemos profundizar en el pasado, en la memoria, espantando ese terrible fantasma que es el olvido. Esta lucha contra el olvido ha tenido su reflejo en la preocupación para intervenir en ámbitos muy diversos del patrimonio universal. Existe intervención desde los conjuntos patrimoniales urbanos al aire libre hasta museos tan intangibles como los que responden a sensaciones y emociones, y no tanto a materiales que se puedan tocar. 

Estas variantes de la cultura humana han sido y son objeto de la museografía moderna. Debemos decir que, dependiendo en que dirección sople el viento en los gobiernos del país, se interesan en difundir un patrimonio u otro. Se pueden obviar también – como está ocurriendo con el patrimonio industrial que no tiene interés alguno para el neo-liberalismo – algo que solo interesa si incluye términos como: solar para construir o recalificación. Esa también es, tristemente, parte de la nueva corriente a la que nos enfrentamos los profesionales de los museos: el desinterés político por la cultura. 

La museografía emergente es una estrategia también, que responde al desarrollo de proyectos de bajo presupuesto y equipamiento mobiliario de perfil bajo. Todo lo que se sale de esa forma de proyectar tiene muchas posibilidades de fracasar.


Emergente, término relacionado con la museografía y no con el submarinismo, dibuja novedades de interacción entre la opinión pública y la cultura, en escenarios insólitos hasta ahora

Otro ejemplo de lo que está relacionado con las nuevas museografías, la museografía emergente, es el intento de musealizar ciudades, barrios, calles y exteriores de edificios. Un esfuerzo para modernizar el impacto que estos equipamientos históricos ejercen sobre todo el que los visita o pasea cerca de ellos. Por decirlo de otra manera, se trata de aumentar el valor didáctico al patrimonio histórico desde el exterior. Actualmente hay un ejercicio serio en muchas ciudades repartidas por el mundo para identificar a los monumentos como pilares culturales autóctonos y diferenciadores. 

No se trata tanto de señalizar monumentos, se trata de musealizar espacios al aire libre, dotarlos de historicidad y luchar entonces contra la ruina que es el olvido. Lisboa es un claro ejemplo de este esfuerzo de musealización urbana, pero hay muchos otros. Ya no depende todo exclusivamente del estado de conservación, que es muy importante, sino del grado de comunicación didáctica que ese patrimonio desarrolla hacia la opinión pública. Podríamos usar otro término muy en boga actualmente: es patrimonio vivo.


La introducción de las nuevas tecnologías de la comunicación en el proyecto museográfico nos ha abierto mundo lleno de posibilidades

Además, el desarrollo de las nuevas tecnologías al servicio de la museografía, abren todo un mundo de nuevas posibilidades de difusión cultural. Las aplicaciones de los móviles, los smartphones sin ir más lejos, ya disponen de aplicaciones que muestran al usuario teatralizaciones de la vida histórica en relación a un patrimonio histórico concreto. la museografía moderna ha debido adaptarse a estas nuevas posibilidades sin enfrentarse a ellas como enemigas de la museografía tradicional, sino como elementos de ayuda para la difusión didáctica de los contenidos históricos. 

Estamos de enhorabuena porque estas tecnologías emergente también son armas contra el olvido, siempre y cuando tengan el suficiente atractivo para captar la atención de sus usuarios. Si no sirven se tira inmediatamente, lleva un segundo de tiempo hacerlo, y, además, deben ser gratuitas. Todo lo que tiene que ver con internet y la museología también es emergente. Un mundo enteramente nuevo que explorar y que ya requiere la intervención de museógrafos expertos en nuevos sistemas de comunicación. Como decía Buzz Lightyear en Toy Story: “hasta el infinito y más allá…”

fonte:http://evemuseografia.com/2014/04/30/museografia-emergente/

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