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quarta-feira, 7 de maio de 2014

El Lenguaje de la Exposición

El encargo de la exposición se ha hecho, debemos comenzar a diseñar el proyecto. El lenguaje de la exposición, su uso, es la parte más importante de la conceptualización de esa exposición encargada. Si pretendemos transmitir al público una idea clara, un concepto, un mensaje, debemos obligarnos en el ejercicio de diseño a que sea comprensible para todo el mundo. 
 
Con las exposiciones ocurre exactamente lo mismo que en la observación del mundo que nos rodea, la mecánica es idéntica, la exposición por si misma es un medio de comunicación. La única diferencia de valor reside en que la exposición es una comunicación de ámbito universal, no unipersonal, esto es, debe contener un mensaje que sea comprensible para todos los públicos – salvo que el encargo del proyecto defina desde su comienzo que debe ir dirigida a un exclusivo segmento de la población -, insistimos porque es muy importante. 
 
Para que la comunicación de la exposición alcance ese nivel de comprensión universal, estamos obligados a seguir unos pasos, unas normas por así decirlo, que garanticen en la medida de lo posible que la exposición sea un éxito en su capacidad de transmisión del mensaje científico o artístico, informático, cultural, etc. Esa eficacia debe responder a lo que hemos definido como: pasos de creación del lenguaje de la exposición. Vamos a recorrer uno a uno cada paso con su correspondiente explicación. Abreviaremos para no hacerlo demasiado extenso y aburrido.

1. CREACIÓN DEL TÍTULO DE LA EXPOSICIÓN

Este primerísimo paso es fundamental para el éxito de todo el proyecto. Un mal título condicionará la calidad final del proyecto. Parece tajante pero nosotros lo creemos así. Utilizando el símil cinematográfico, es como si a una película se le pone un mal título, nos va a condicionar de entrada e incluso puede hacer que, una vez construida y lista para ser abierta al público, los potenciales visitantes no se sientan atraídos hacia ella por lo malo de su título. Es imperdonable la designación de un mal título para lo que será, con toda seguridad, un gran esfuerzo. La creación y diseño gráfico de su Identidad Visual es también un paso imprescindible y fundamental que completa un título formal.



La creación de un buen título para la exposición es muy importante, la buena aplicación del diseño gráfico es fundamental para el éxito de la exposición

2. ORDEN

Tiene que ver con la manera de colocar los elementos u objetos de la exposición, lo que podríamos denominar posición jerárquica de las cosas. Este orden que hay que definir es una de las partes más delicadas a la hora de diseñar una exposición. Depende absolutamente del contenido expositivo. No es lo mismo “ordenar” arte, que ordenadores o audiovisuales. Todo debe responder a una secuenciación en su recorrido que debe comenzar y acabar comprensiblemente, que el visitante universal (todos los públicos) lo entienda perfectamente y sin esfuerzo. Hay diferentes clases de orden: cronológico, jerárquico, discursivo, etc. El diseño del proyecto debe basarse en uno de estos órdenes como si se tratara de la redacción de un guión de una película, de principio a fin. Incluso podemos diseñar un story-board que complemente el proyecto general, nos ayudará a reafirmar ese orden, sobre todo en el plano visual.



La estética, aun siendo un factor indispensable en el diseño de la exposición, nunca debe imponerse por encima de un orden lógico del contenido si queremos evitar el caos

3. GEOMETRÍA

El establecimiento de un orden para la exposición no es suficiente. El orden puede verse condicionado por la naturaleza del continente de la exposición, es decir, por el local donde va a ser alojada. Hay espacios que resultan muy complejos para ser fieles a un orden previamente asignado a los elementos que configuran la exposición. En estos casos, deberemos apoyarnos en el orden geométrico. No hay otra. El diseño del orden geométrico debe ser muy preciso, ya que responde a unas reglas de las que no nos podemos escapar, no puede haber desviaciones de libre albedrío. En caso de saltarnos ese orden geométrico, el efecto visual espacial no será el correcto. Visitaremos la exposición y sentiremos cierto desasosiego, cierta incomodidad a la que no podremos dar una explicación si no somos diseñadores. El cerebro está sintiendo el desorden y protesta. El orden geométrico puede ser, por ejemplo, diseñar la exposición atendiendo a premisas sobre tamaños o colores, o ambos.



La aplicación de la geometría a la exposición para facilitar el lenguaje expositivo es un arma de doble filo

4. COMPOSICIÓN

No solo la geometría es un factor importante en el diseño desde el punto de vista del lenguaje expositivo. Una vez marcado el orden debemos configurar los diferentes módulos expositivos, uno por uno. El factor del continente será determinante a su vez. A todos los diseñadores nos gustan los espacios diáfanos para diseñar exposiciones, pero no siempre tenemos esa suerte, más bien las menos. Además, muchos de estos proyectos son itinerantes, por lo que la composición debe resultar adaptable a diferentes tipos de espacio sin perder el hilo argumental. Nos inclinamos por el diseño de composiciones muy simples, que sean adaptables y que, sobre todo, no distorsionen el mensaje expositivo si se ubica en un lugar o en otro. Como decimos en el argot de la profesión, que la composición no genere ruidos.



El uso de la semiótica y la semiología son imprescindibles en su aplicación para generar un objetivo final, una conclusión coherente en su discurso didáctico

5. APLICACIÓN DE LA PEDAGOGÍA

La exposición debe ser una fuente de aprendizaje sin olvidar la diversión. La relación ocio-exposición no debe perderse nunca, no debe alejarse del objetivo central en su producción. Llegados a esta fase del diseño debemos apelar a la universalidad del lenguaje. Las aportaciones eruditas* al proyecto de la exposición deben ser simplificadas sin que pierdan su valor didáctico. En ocasiones es un trabajo equiparable al de la traducción de una receta escrita por un médico, profesional que normalmente solo se habla a si mismo: hacerla comprensible a todos los públicos. Aquí es más complicado porque la contribución erudita** debe pasar el examen del propio erudito, al que todo le parece poco, versus la obsesión del diseñador al que el todo siempre le parecerá demasiado. Nosotros reivindicamos y reivindicaremos siempre la “brutal simplicidad de pensamiento”, que tiene su origen en el lenguaje publicitario - M&C Saatchi / “Brutal Simplicity of Thought” -.



La creación de un lenguaje expositivo universal, incluidas las imágenes, es la base de una exposición excelente

6. EL LENGUAJE DE LAS ÚLTIMAS TECNOLOGÍAS EN LA EXPOSICIÓN

Deberíamos dedicar a este paso toda una entrada y lo haremos uno de estos días. Debemos adaptarnos a las nuevas formas de comunicación que se pueden aplicar al proyecto de la exposición y que enriquecen la manera en la que transmitimos el discurso expositivo. Para determinados segmentos de la población, en nuestro tiempo, aun no es importante pero, para otros, es imprescindible que pueda acceder a esta forma de comunicar. Cada vez son más numerosas las herramientas digitales que el diseñador tiene en su almacén de recursos, y debe usarlas si quiere alcanzar todo el espectro de entendimiento. La realidad aumentada genera multitud de recursos que nada tienen que ver con el espacio físico, ni con el factor tiempo, algo muy importante y de valor. Lo mismo ocurre con otras técnicas a nuestro alcance que nos proponen soluciones del tipo: no lo leas, obsérvalo (nosotros somos muy poco partidarios de los paneles escritos con gráficos y demás, no soportamos la idea de la posible asociación exposición-aburrimiento). Las TIC son por tanto una parte muy importante del lenguaje expositivo y hay que tenerlas muy en cuenta.



La técnica de la holografía, como otras nuevas tecnologías aplicadas a la museografía, nos proporciona una nueva forma de difundir el discurso en la exposición de contenidos

7. PRUEBA-TEST / Fin del proyecto

Para terminar, nosotros, como en la ópera, proponemos una función de ensayo. Testamos la exposición entre los diferentes sectores de público si se trata de una exposición universal: niños, adolescentes, jóvenes, maduros y tercera edad. Todos ellos dentro de su ámbito de perfil social, algo que también hay que tener en cuenta. Una vez terminada la función de ensayo y habiendo sacado las correspondientes conclusiones, procedemos a los cambios necesarios para ajustar el mensaje expositivo a la comprensión universal de aquello que queremos mostrar. Si no cumple con la premisa del entendimiento universal, nunca será una buena exposición.



Algunas de la soluciones aplicadas a la exposición no necesitarían test porque sabemos de antemano que van a funcionar perfectamente si queremos generar emociones

fonte:http://evemuseografia.com/2014/05/07/el-lenguaje-de-la-exposicion/
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