Museos sin Objetos + 6 Soluciones

Existen contenidos y materias que se muestran en los museos sin la presencia de objetos, dejando en un segundo lugar los elementos, piezas únicas y míticas. La museografía del siglo XXI proyecta la interpretación de la realidad de una manera didáctica. Se muestra el hecho histórico, técnico, científico, incluso artístico sin objetos. Esta forma de interpretación surge de la necesidad de dar respuesta a un hecho recurrente: proyectos de museos locales que carecen de piezas originales, o que están distribuidas por museos nacionales e incluso internacionales y no se recuperan para su exhibición en sus lugares de origen.






Bárbara Kruger





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También existen otras razones pero el fondo es el mismo, no disponemos de objetos que mostrar. Éstos equipamientos no son museos, ¿lo son?, son otra cosa, ¿lo es? Las denominaciones aplicadas a estas entidades es un debate en si mismo al que nosotros no vamos a responder aquí hoy. El ICOM tiene un enunciado aplicado al museo convencional y viene a decir que lo que no se ajusta a esa definición institucionalizada no es museo, es otra cosa: aulas interpretativas, centros de visitantes, museos locales, etc. Lo hemos comentado en otras ocasiones, se multiplican los enunciados, la denominación que más se puede aproximar recién inventada, desde nuestro punto de vista, es el concepto de ecomuseo.





Frank Havermans /cultuurbewust.nl

Volviendo al tema que nos ocupa hoy, hablamos de las exposiciones sin objetos. Se trata de la representación frente a la exhibición: no presentamos piezas, sino que las “reproducimos” o las simulamos. Lo que en un museo de arte sería la copia del original, en esta nueva tipología adquiere un valor al mismo nivel, incluso superior en ocasiones. Lo curioso también es que en muchas de estas exposiciones ni tan siquiera la copia o el facsímil se muestra, es lo que denominamos la tecnología como objeto. Algo que resulta un tanto inquietante. la exposición es la forma en que se comunica el objeto, el sistema que usamos para comunicarlo, la tecnología que lo hace existir para el visitante.





Imagen: Terence Koh / Saatchi Gallery

Nuestro trabajo se centrará en conocer, analizar y “exponer” las nuevas colecciones de piezas tecnológicas que son las que nos sirven de vehículo para la representación, sus características, sus necesidades y, resumiendo, todas las exigencias expositivas que van desde el equipamiento hasta los espacios, la protección, la seguridad, la iluminación, etc. Podemos establecer una tipología de los “objetos”:

· Pervicencia tradicional: muchas de las representaciones que se han utilizado históricamente en los museos tradicionales van a mantenerse, pero muy evolucionadas en su presencia ante el visitante, manteniendo la mismas propiedades y exigencias: con el uso de sistemas gráficos de todo tipo, paneles (nosotros no somos muy partidarios), transparencias, hologramas, etcétera. Los objetos pueden ser los mismos pero el discurso expositivo cambia radicalmente. Los medios audiovisuales tradicionales de proyección y sonido, como las imágenes fijas, diaporamas, vídeos, se mantienen invariables.

· Sistemas tecnológicos: soluciones que aumentan su popularidad como medio de representación ya que se está produciendo una enorme y rapidísima evolución en sus posibilidades aplicadas a la museografía. En el campo de la información y transmisión de datos no tiene rival y las propuestas de interacción con el visitante por medio de juegos y diversión tampoco lo tienen.

· Objeto virtual: Tiene un desarrollo muy específico de simulación virtual. Hablamos de la representación plana en 3D, con programas de animación y movimiento que sustituyen a los antiguos soportes estáticos que ya no son competitivos. Los espacios de simulación virtual en 3D, ya sean monitorizados en pantallas, ya sean con el uso de casco en el espacio real o en salas dotadas de sensores con fidelidad simulada, pero que cada vez se aproxima más a la vivencia cotidiana de la percepción real.

· Tecnología óptica: la óptica unida a todas estas tecnologías comienza a ofrecer opciones increíbles a nivel de posibilidades técnicas y de representación virtual. Bien realizadas son impactantes. Hablamos de pantallas táctiles de gran tamaño y escaso volumen que permiten intervenir directamente al visitante sin ningún tipo de conocimiento o destreza técnica previa. A los niños les encanta. También podemos usar cristales de proyección (incluyen en su interior terminaciones eléctricas sobre plasma) que, conectados a un ordenador, se convierten en pantalla de imágenes o videos retroproyectados, superponiéndoles y recuperando su transparencia cuando interesa.

· Ilusiones ópticas: como en el teatro, los trucos perceptivos son una excelente forma de sorprender al visitante. La óptica hace posible prácticamente un campo ilimitado de soluciones museográficas.

· Espacios de simulación: son en realidad una mezcla entre maquetas a escala 1:1, simulaciones técnicas y efectos especiales. La bajada a una mina, la simulación de un terremoto, un a galerna marina con viento, lluvia, truenos y relámpagos, son algunos ejemplos de lo ya realizado y lo que aun nos queda por inventar. La aceptación de los visitantes hacia estas soluciones es grande ya que tienen una “lejana semejanza” con los parques temáticos y de atracciones. Bien es cierto que correctamente ejecutados son una fuente de información que ningún otro lenguaje puede comunicar con tanta efectividad didáctica.



 

Imagen: http://www.thisiscolossal.com



Todo esto supone la solución a un problema, fomentar una didáctica moderna, atraer a la sociedad hacia el conocimiento y la cultura, pero nunca fabricar por fabricar “reproducciones de la realidad” que reemplacen definitivamente una verdad insustituible. La verdad será siempre la Verdad, pero la nada no tiene sentido ni valor alguno.

BIBLIOGRAFÍA:
RICO, J.C.
La difícil supervivencia de los museos
Editorial TREA, Gijón (2003)

fonte: EVE Museografía · en MUSEOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA, OPINIÓN. @edisonmariotti #edisonmariotti