Partamos de la idea de que el plan museológico es una plataforma de proyección cultural y artística que, si se tratara de un velero, debería necesariamente navegar orientando su rumbo hacia el siglo XXI. En este viaje, el plan museológico del arte deberá recalar en las islas de las nuevas tecnologías para abastecerse de ideas y nuevas soluciones. Se trata de tener el material suficiente – ideas- para que nuestro velero se recicle transformándose en un sólido y gran buque crucero, que nos haga disfrutar a tope de diversiones culturales y artísticas. En otras palabras menos prosaicas: debemos replantear la presencia de los museos de arte en lo relacionado con las nueva tecnologías. Son pocos los museos de arte que sacan verdadero provecho de su presencia en la red.
Obra: Sarah Illenberg
La red no debe ser un complemento informativo, debe ser una herramienta de establecimiento de realidades que sean conocidas por todos y para todos; generar sinergias universales que sean realistas y positivas para los implicados, y para hacer llegar el conocimiento de arte a dónde, de otra forma, no llega: la cultura y el conocimiento a través del arte en zonas desfavorecidas. El conocimiento, la cultura, es lo único que puede salvar del ostracismo a la gente desfavorecida.
Foto. Obleration Room en la Tate Modern
En el fondo siempre se trata de lo mismo: llegar al mayor número de personas posibles y no para adscribirlas sí o sí a nuestra institución del buen talante, debería tratarse de generar conocimiento como mencionábamos anteriormente. El museo moderno de arte debe asumir el rol de educador activo en la sensibilización hacia la creación. Los usuarios potenciales del museo de arte deben acceder a la información en línea, creando diferentes canales específicos, tendiendo en cuenta el museo los diferentes sectores de público que conforman nuestra sociedad. Existen ya museos que disponen de blog en vez de sitios web, incorporando recursos de información, utilizando Facebook como modo de desjerarquizar el ámbito institucional; los smarthpohones que incorporan apps de museos que son útiles, no “chorradas” del hacer por hacer, donde se tiene acceso a información detallada generada por expertos o perfiles culturales y científicos de prestigio que hablan y explican los fondos de un museo. El Thyssen es un buen ejemplo.
Foto: American Art Museum Sign / Smithsonian Institution
La Tate Modern dispone de un apartado en su web donde los usuarios que entren pueden colgar sus propias obras y abrir un debate sobre ellas en su creative manifesto. Y esta es una de las posibilidades. Todo pasa por ser creativos, por generar ideas, la idea es el bien que sustenta los buenos resultados si se sabe ejecutar. ¿Qué ocurre? Que es muy difícil generar ideas que fluyan y se ejecuten porque aquí hay demasiada burocracia, hay demasiados pasos. No disponemos del pragmatismo británico, por ejemplo, de la brutal sencillez de pensamiento que tanto defendemos y es la corriente que ha generado tantas soluciones útiles.
Nos ahogamos entre tanta ola de especulación de las ideas y de la lentitud en la toma de decisiones y el absoluto aborrecimiento al riesgo. Hay que tener en cuenta que, con la que está cayendo, hay gente verdaderamente horrorizada con la idea de llamar la atención por algo, que vaya a proponer algo que no funcione, no vaya a ser que la despidan (un día de estos mencionaremos algún horror relacionado con el miedo al despido). No es una caricatura de la realidad, está pasando. Pero no nos desviemos del tema, ni seamos poco justos con los que si se arriesgan y pelean por poner en valor sus propuestas.
I
magen: Libro Brutal Simplicity of Thought / M&C Saatchi
Nos pondremos rigurosos. Las nuevas tecnologías incorporan al ámbito del museo numerosas variables para solaz y conocimiento. Pero hay problemas de desarrollo – que se le va a hacer -, como los espacios polémicos referidos a los derechos de autor que se devengan por difundir obras por los distintos soportes tecnológicos en el caso del arte. Es un medio con innumerables creadores e intermediarios en un debate que está abierto. Las instituciones museísticas, dando igual su tamaño, deben prever en sus presupuestos generales anuales destinados a la acción cultural, todos los futuros gastos de gestión. Parece baladí pero es un problema grave para los museos lo del famoso copyright.
Imagen: La batalla del Copyright
Este es un escenario que presenta problemas en todo el mundo y que repercute de un modo muy evidente en el mismo arte, que debe emplearse e a fondo en todo ello durante demasiado tiempo. Un ámbito muy interesante y que, seguro, tendrá que afrontar una nueva adaptación del comportamiento de los usuarios. De todas formas, el uso de los nuevos soportes está ensanchando el escenario para el espectador, el arte ya puede llegar a cada rincón si hay puerto de amarre. Incluso hay museos con más medios que se están planteando crear canales de web-televisión, una herramienta de futuro clarísimo y no solo para los museos de arte. Toda una plataforma audiovisual donde se concentren los programas de divulgación sobre el arte, la investigación, la formación y la diversión, por supuesto.
I
magen: Libro Brutal Simplicity of Thought / M&C Saatchi
Nos pondremos rigurosos. Las nuevas tecnologías incorporan al ámbito del museo numerosas variables para solaz y conocimiento. Pero hay problemas de desarrollo – que se le va a hacer -, como los espacios polémicos referidos a los derechos de autor que se devengan por difundir obras por los distintos soportes tecnológicos en el caso del arte. Es un medio con innumerables creadores e intermediarios en un debate que está abierto. Las instituciones museísticas, dando igual su tamaño, deben prever en sus presupuestos generales anuales destinados a la acción cultural, todos los futuros gastos de gestión. Parece baladí pero es un problema grave para los museos lo del famoso copyright.
Imagen: La batalla del Copyright
Este es un escenario que presenta problemas en todo el mundo y que repercute de un modo muy evidente en el mismo arte, que debe emplearse e a fondo en todo ello durante demasiado tiempo. Un ámbito muy interesante y que, seguro, tendrá que afrontar una nueva adaptación del comportamiento de los usuarios. De todas formas, el uso de los nuevos soportes está ensanchando el escenario para el espectador, el arte ya puede llegar a cada rincón si hay puerto de amarre. Incluso hay museos con más medios que se están planteando crear canales de web-televisión, una herramienta de futuro clarísimo y no solo para los museos de arte. Toda una plataforma audiovisual donde se concentren los programas de divulgación sobre el arte, la investigación, la formación y la diversión, por supuesto.
Es una evolución lógica que veremos como llega a nosotros en poco tiempo. Los que está claro es que los museos de arte – sobre todo los locales – no se pueden mantener al margen y mantenerse a la velocidad en la que evoluciona la vida y sus instrumentos. El mundo es variado, globalizado y sectorializado. Hay que saber ofrecer lo que la gente quiere y lo que necesita sin saber que lo necesita. Educación al poder.
fonte: · en CULTURA, DIDÁCTICA PARA NIÑOS, INSTITUCIONES, MUSEOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA, OPINIÓN. ·@edisonmariotti #edisonmariotti
Nenhum comentário:
Postar um comentário