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terça-feira, 24 de junho de 2014

¿Qué Va a Ser de los Museos?

La mayor parte de la población de la tierra nunca ha visitado un museo. Esta certeza certificada por las estadísticas es inquietante y muy preocupante. El deseo de encuentro que todos los museos deben tener con cada vez un mayor número de visitantes, suspende en ese supuesto poder de convocatoria. Nos referimos a los visitantes autóctonos, no tanto a los fluctuantes, a los turistas que vienen y van. Algo no funciona entonces sabiendo de antemano que debemos dejar fuera de este análisis fuerzas de causa mayor como que hay grandes territorios sin museo alguno.





El hambre, la enfermedad, el olvido, el fanatismo, son problemas universales prioritarios, asuntos que merecen toda la atención. Pero si desviamos nuestra mirada hacia el primer mundo – que está menguando -, no tan apaleado ni mucho menos por daños colaterales, se certifica lo dicho: la mayor parte de las personas no visitan los museos. El esfuerzo en la dimensión del plan museológico y museográfico democratizador que se está haciendo – seguimos en el primer mundo del primer mundo – para hacer que los museos guarden el equilibrio entre el factor contenido y aquello que el visitante espera y quiere encontrar en la institución, no es suficiente. Los museos deben plantear muchas preguntas que los visitantes deseen contestar. Se avecinan grandes cambios y da un poco de vértigo la idea de lo que aun queda por hacer.

 
Archivo EVE

Tenemos problemas diversos que demandan solución urgente antes de lograr que los visitantes vuelvan a los museos. Cada vez existen más tipologías diferentes de público potencial, visitantes de museos que aunque el hecho globalizador tienda a unificar criterios de percepción, se siguen dando grandes diferencias que por el momento son complicadas de resolver. Hablamos mucho de tecnología, por ejemplo, pero es grande el grupo de lo que podríamos denominar analfabetos digitales, y no suena muy bien pero es que no se nos ocurre otra forma de ponerle nombre a este grupo. Hay personas que han decidido no subirse al carro de la evolución tecnológica, o porque no quieren, o porque no pueden. Si queremos modernizar tecnológicamente el museo como medio de comunicación, debemos tener en cuenta que hay un grupo muy grande de personas que no saben o no quieren saber manejar un smartphone. Mucho menos una paleta y un ordenador. Decíamos que el museo debería asumir el papel de generador de conocimiento, potenciar la sensibilidad artística, respetar la Historia y, si nos apuran, ser la plataforma formativa más importante al servicio de la sociedad. Ese es el deseo de futuro, que sean instituciones que lleguen a educar incluso en lo relacionado con la tecnología, donde otras instituciones educativas no alcanzan.

Archivo EVE

Sí insistimos en el problema de que los potenciales visitantes a los museos no son en realidad visitantes, entonces será muy difícil establecer vínculos de complicidad en el marco de la cultura. Pero no nos podemos desanimar y debemos seguir trabajando duro para adaptar los museos a los tiempos que corren y acorten las distancias que aun ahora existen entre ellos y la sociedad. Muchos opinan que sin dinero es imposible hacer cosas. Cierto es que la ausencia de presupuestos no ayuda, pero también sabemos que la necesidad agudiza el ingenio. Aun hay un gran trabajo pendiente en colaboración con la universidad, eso sí, los alumnos deben involucrarse y formar parte de esa colaboración, y presionar para que se mecanice, se regularice, que no siga siendo una relación antinatural un tanto forzada como hasta ahora. La sociedad también debería participar activamente, pero primero debe saber como y para qué. La tercera edad en relación a English Heritage inglés sabe muy bien que hacer y el beneficio que aportan a la sociedad. Motivo para estar muy orgullosos, que lo están y ya pueden. No tenemos que inventar un nuevo modelo de relación voluntaria con los museos porque ya está inventada y funciona. Al mismo ritmo que se enuncian las propuestas surge la necesidad de solucionar los problemas. La ausencia de los museos en red, en la mayoría de los casos, no facilita la labor de modernización y adaptación de los museos a los nuevos tiempos. Hacerlo individualmente, cada uno a los suyo, lleva mucho más tiempo y cuesta más dinero.

 
Matsys Design

Es complicado no caer en la ensoñación y en el idealismo poco práctico. Cómo se suele decir: la teoría la dominamos, pero… Es muy importante que haya consenso en el reconocimiento del problema: la sociedad no acude a los museos, los museos no forman parte de la vida de las personas en una enorme mayoría. La acción cultural tiene el establecimiento de la comunicación museo-visitante como primer peaje. Los museos siguen siendo instituciones monolíticas en su gran mayoría y así es difícil moverse con soltura. Los museos deben revelar ideales y metas, una circunstancia que se debe producir en un mundo cambiante, con una sociedad plural y cada vez más joven, que ahora no asumen esfuerzos en esa dirección. El sistema actual es un modelo agonizante que ha transformado a los visitantes en consumidores. La creatividad debe ser el instrumento de generación del razonamiento práctico y no otro. Debemos añadir a esta fórmula en la búsqueda de soluciones, la imperiosa necesidad de utilizar la simplicidad de pensamiento como base del proceso mental, es vital. La cultura es emocionante y debemos contagiar entusiasmo por ella. Debemos potenciar el sentido lúdico del esfuerzo por invadir de cultura esta sociedad tan necesitada de ella.



Foto: Shorpy.com

Mark Jones, director del Museo Victoria & Alberto de Londres, ha dicho: “el espíritu de los tiempos está a nuestro favor”. Quedémonos con la voz un tanto críptica del experto para mirar con ilusión hacia el horizonte.

La fotografía de portada es el Museo Louvre de Abu Dhabi

fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti http://evemuseografia.com/2014/06/24/que-va-a-ser-de-los-museos/

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