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domingo, 28 de dezembro de 2014

Museos: Espectros y Apariciones · en CELEBRACIÓN, OPINIÓN, RELATO. ·


“De todos los fantasmas los peores
son los de nuestros antiguos amores.”
Arthur Conan Doyle

Si nos adentramos en el Barrio Romántico de León (España), podremos visitar la Real Colegiata de San Isidoro, iglesia-convento-museo que asegura poseer y exponer una de las reliquias más importantes de la cristiandad: el Santo Grial, el que allí se considera el verdadero cáliz del que bebió Jesucristo en la Última Cena. Habrá quien afirme que es real y habrá quien lo niegue, pero la autenticidad o no del Grial, expuesto públicamente desde hace más de un año, no es precisamente lo que nos ocupa hoy aquí.

En este sacro lugar, el museo de la Real Colegiata de San Isidoro, ocurrió algo verdaderamente sorprendente, un hecho singular que nadie a sabido explicar con coherencia. Una persona, concretamente un anciano de muy buena apariencia, visitaba el museo todos los días desde su apertura, desde primera hora de la mañana y hasta el cierre a mediodía. Como un creyente que acude devotamente a misa todos los días, este anciano visitaba el Santo Grial con la misma invariable ceremonia. Llegaba al museo, pagaba su entrada para dirigirse directamente a la cámara donde se encuentra el expositor blindado que guarda la reliquia, y se pasaba las horas observando la reliquia hasta la hora de cierre. Para los dos trabajadores que tiene el museo a turnos, ya no tenía curiosidad alguna ver al anciano todos los días hacer la misma rutina, contestando las preguntas de los visitantes más curiosos que se interesaban por el imperturbable el anciano. Al principio, todos se extrañaron con esas visitas continuadas del anciano desconocido, ya que nadie sabia quien era, nadie tenía ni idea de donde procedía el buen señor y no era normal pasar tantas horas seguidas observando el grial. La primera semana que el anciano comenzó a ir por allí, hace ya más de un año, uno de estos trabajadores le preguntó si era un estudioso de la reliquia, el anciano se limitó entonces a poner su dedo indice en los labios en señal de guardar silencio, algo que los trabajadores respetaron desde entonces, nada de preguntas. Todo resultaba invariable a lo largo de las semanas, el anciano hacía siempre lo mismo y a las mismas horas, invariablemente.

 
Santo Grial expuesto en le museo de la Real Colegiata de San Isidoro (León, España)

Pero un día, la dirección del museo decidió instalar un circuito cerrado de televisión, con cámaras instaladas en todas las zonas de exposición, capacitando el control de todo el museo por una persona desde recepción. El día que finalmente comenzaron a funcionar las cámaras en la sala del Santo Grial, el anciano no apareció, fue el único día que faltó a su cita con la reliquia. Al día siguiente, sí acudió, y al entrar en recepción para comprar su entrada como siempre, el anciano se quedó con la mirada fija en el monitor que mostraba las imágenes de la sala del grial, según el testimonio del trabajador del museo que lo atendió. El anciano se quedó estático, fijando su mirada en el monitor sin pestañear durante unos minutos, hasta que el trabajador un poco preocupado le preguntó si se encontraba bien. El anciano sonrío y sin pronunciar palabra, se encaminó a la sala del Santo Grial, como hacía todos los días desde hacía meses.



El trabajador en recepción, extrañado por la reacción del anciano, le observó como caminaba atravesando las galerías del museo en las imágenes captadas por las diferentes cámaras del recorrido. Cuando el anciano apareció en la imagen de la cámara de la antesala del Santo Grial, se paró, miró hacia la cámara, sonrió y desapareció a la vista del trabajador. Nunca más se le volvió a ver por mucho que buscaron y buscaron, había desapareció para siempre, nunca más se supo de él*.
Fantasma captado en un museo de México

Curiosamente, las estadísticas sobre fenómenos inexplicables que ocurren en los museos muestran que lo paranormal ocurre normalmente en museos más bien pequeños, lugares con una antigüedad de al menos 50 años, no tanto en los museos grandes y más conocidos. Pero esto no quiere decir que en los museos grandes y famosos no haya fantasmas, haberlos los hay, pero parece que son más “vagos”. El Museo Reina Sofía de Madrid, reconstruido sobre lo que fue un hospital durante la guerra civil española, tiene en sus cimientos lo que fue un cementerio de enfermos, justo debajo de la puerta principal donde, cuando se hizo la remodelación del edificio, se encontraron grilletes, restos de esqueletos y tres monjas momificadas. Lo más extraño de todo es que desde la llegada al museo de la obra El Guernica de Picasso para su exposición, se oyen gritos de una persona, las puertas del museo se abren y se cierran solas, las alarmas se activan sin motivo. Una sesión de oüija realizada por expertos en fenómenos paranormales en una de las salas del museo, provocó que se manifestara un espíritu al que nombraron como “Ataulfo” y que predijo esa misma noche la muerte al día siguiente de un familiar cercano de uno de los participantes de la sesión de espiritismo en un accidente de tráfico, como así desgraciadamente ocurrió. Los espiritistas que estudiaron el caso confirmaron que el espectro era la presencia de un sacerdote que había muerto allí, y cuya alma sin descanso aun continua vagando por el museo.

 
Vigilante del Museo Reina Sofía empujado en el pasillo en uno de los pasillos del museo

 
Aparición captada por las cámaras de los archivos del Museo de Historia Americana de Washington DC



Feliz día 28 de Diciembre, el día de los Santos Inocentes…

(*) En este relato, la figura del anciano verdaderamente existe, lo que no es cierto es que haya desaparecido.


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