Ouvir o texto...

quinta-feira, 3 de dezembro de 2015

PROYECTO EDUCATIVO DEL MUSEO: TIPO DE ACTIVIDADES · en CULTURA, DIDÁCTICA PARA NIÑOS, MUSEO, MUSEOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA, OPINIÓN. ·

Los programas educativos implementados en los proyectos expositivos del museo ya casi son moneda común, y eso es muy, muy bueno. Estos proyectos deben estar dentro de la estrategia de comunicación del museo, pero pueden ir mucho más allá, todo depende de la naturaleza de las actividades que se propongan y al perfil de público al que van dirigidas. Los fundamental es que este tipo de actividades didácticas promueven la movilidad del museo, dejando de ser un almacén de objetos más bien pasivo, para transformarse en una institución comprometida con la difusión de conocimiento, algo que se agradece mucho hoy en día con lo que está cayendo.


Hasta no hace mucho, en la mayoría de los museos, el visitante paseante se limitaba a mirar una pieza sí y la siguiente también, leer textos, ver fotografías, observar arte, bostezar ante un panel, sin más estimulo que su curiosidad pasiva o el gusto personal de ver, de mirar, como un voyeur, sin posibilidad de participar en la acción, al margen de dejarse instruir en el recorrido de las colecciones por un guía o un monitor.



Lo fundamental, en cualquier caso, es que nuestro objetivo principal debe ser el de propiciar la aparición de emociones en el público, generar sensaciones al visitante de cara a la exposición, y eso no se puede hacer aplicando la pasividad, es imposible. Por ello, hay que pensar en que tipo de acciones y actividades deberemos llevar a cabo, siempre interactuando con el visitante, sea cual ea su perfil, y así conseguir el objetivo emocional que tanto valoramos los museógrafos. L aparición de las emociones en el visitante es algo que debe ser considerado esencial en el proyecto educativo del museo. Sin emociones no hay nada, el más absoluto de los vacíos. Es como el amor; sin amor la vida no tiene sentido alguno.


Una estrategia muy potente que podemos desarrollar para generar una acción educativa emocional es contextualizar los objetos de la exposición. Hoy por hoy, el uso de la tecnología está al alcance de casi todos los museos. Podemos usar proyecciones audiovisuales, o bien recreaciones escenográficas, realidad aumentada, realidad virtual, para apoyar y complementar el discurso expositivo, buscando la complicidad emocional del visitante, agitando su saquito de las emociones. Se trata también de provocar la curiosidad de manera que genere en el visitante la necesidad de reflexionar sobre la realidad, sobre lo divino y lo humano. Que podamos complementar y potenciar esta curiosidad natural de las personas con la organización de un taller monotemático relacionado con la exposición, eso también ayuda, y mucho.

Studio-Sweet-Studio

A nosotros nos gustan especialmente las contextualizaciones escenográficas, pero también le damos mucho valor a la posibilidad de utilizar dramatizaciones. Podemos representar diferentes hechos y eventos de carácter socio-cultural dentro del museo, o en el patrimonio, de diferentes formas (teatro, guiñol, flashmobs…), algo que se aleje de lo habitual. Es cierto que el lado malo es que con este tipo de actividades no se necesita la implicación directa del visitante, salvo su presencia, pero se puede complementar con otra actividad paralela. Hay que buscar que la motivación del visitante sea un ingrediente que esté presente de continuo en el museo.


Es importante en el diseño del proyecto educativo que las actividades estén directamente relacionadas con los contenidos de la colección, ya sea ésta permanente o temporal, y no como acciones anecdóticas y circunstanciales alejándose de la línea de la comunicación institucional del museo. Siempre que diseñemos una actividad educativa en el museo debemos tener en cuenta que la acción es multidireccional, del museo hacia los visitantes con un perfil universal y atendiendo a la accesibilidad como hecho fundamental, y de los visitantes hacia el museo.


Opinamos que el diseño de estas actividades es mejor que estén diseñadas por empresas externas al museo, con la directa implicación de los profesionales de la institución con responsabilidades en actividades educativas, para que sean ellos los que supresión los guiones didácticos, la información que se proporciona y el cumplimiento del sentido y objetivos que establece el proyecto educativo. La endogamia interna que suele presentarse en la planificación de acciones didácticas es algo muy común en los museos, por eso lo de contar con empresas especialistas externas, ya que la visión desde fuera neutraliza el impertinente hecho endogámico.


Por su parte, las simulaciones y juegos permiten un nivel de interactividad entre el público y el museo mucho más alto, con una participación directa y de gran intensidad para el visitante. Hay muchas formas de juegos y su programación depende exclusivamente de la naturaleza del museo. Si hablamos de historia o patrimonio histórico, juegos como pedir la implicación de los visitantes para que interpreten un personaje histórico, proponiéndoles resolver un problema o ponerlos en situaciones comprometidas pero amables, incluso facilitándoles el disfraz, es algo que suele tener mucha aceptación y es una forma fantástica de que aprendan historia, adquieran conocimientos, sin aburrimiento. Los temas son muy variados, pueden estar relacionados con la conservación del patrimonio a partir del uso de simulaciones contextualizadas, de manera que el público pueda adoptar una postura y defenderla, desarrollando actitudes de compromiso y solidaridad, conociendo el problema desde los diferentes puntos de vista e intereses del museo.





Cultura e conhecimento são ingredientes essenciais para a sociedade.

Vamos compartilhar.



Um comentário:

  1. Um conceito de museu revolucionário, itinerante e interativo. Excelente!

    ResponderExcluir