Si recorremos unos 1.300 kilómetros hacia el Norte Grande desde Santiago en Chile, nos encontraremos con el desierto de Atacama. Este lugar, entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes, es hogar de numerosos pueblos indígenas con sus poblados y fiestas religiosas de influencia inca y española. Hablamos de una zona mágica del planeta con excepcionales condiciones para observar las estrellas, dónde en pleno desierto se pueden visitar alguno de los observatorios astronómicos más importantes del mundo.
Atacama, lugar que pasa por ser el más seco y árido del mundo, con sus salares, termas y geisers, grandes minas de cobre y otros minerales. Allí, en el altiplano barrido por el sol, descansan valiosos vestigios de las culturas originarias que aparecen en sus numerosos yacimientos arqueológicos. Para aproximarnos al conocimiento de estas culturas deberemos hacer parada y fonda en Antofagasta, la ciudad costera en las mismas puertas del desierto. Allí, casi al borde del océano, se encuentra el Museo Ruinas de Huanchaca.
El Museo Ruinas de Huanchaca, se encuentra en el centro del Parque Cultural Huanchaca*. Se trata de un equipamiento museístico cuya arquitectura se ha mimetizado perfectamente con su entorno y eso es algo que a nosotros nos gusta especialmente. El edificio, con cinco amplias alas paralelas más el cuerpo central, tiene una superficie construida de 2.200 metros cuadrados. Cuenta con un gran hall de entrada, cinco salas de exposiciones permanentes, un auditorio, oficinas, depósitos y espacios de trabajo e investigación, además de una cafetería y tienda de recuerdos de la zona. En este bello museo se realizan todo tipo de exposiciones temporales, como la recién clausurada “Mi segunda piel”, un recorrido por las tradiciones de Antofagasta, exhibiendo el vestuario y los elementos decorativos que caracterizan a los bailes religiosos de Antofagasta, ciudad que mira al Pacífico desde sus playas. También el Museo Ruinas de Huanchaca organiza actividades para niños y adultos.
El Museo cuenta con colecciones de geología y paleontología correspondientes a la “Creación del Espacio”. A esto se suma una muestra arqueológica de la minería en Chile llamada “Hombre del Norte”. Por último, la sala “Una Ventana al Universo”, muestra el origen del cosmos y los proyectos más actuales del Observatorio Europeo Austral. En resumen, quienes nos visitan, harán un viaje que comienza con la formación de la tierra, verán como el hombre se relacionó con los minerales y como este último mira al universo descubriendo nuevas constelaciones.
A lo anterior se suma una característica entrada llamada “Jardín de Rocas” que exhibe rocas y minerales del norte de Chile y un segundo sitio denominado “Planos y Esferas del Desierto de Atacama” formado por ventifactos y concreciones calcáreas esféricas, rocas que en su mayoría se forman junto a fósiles marinos.
Las instalaciones del Museo cuentan con un magnífico anfiteatro al aire libre donde se programan todas clase de espectáculos. Solo hay que tener en cuenta que la temperatura del día a la noche fluctúa muy severamente, es decir, hay que ir equipado con rebequita para los hombros y evitaremos los resfriados.
(*) Recordar a la autoridades del ayuntamiento de Antofagasta, sección patrimonio histórico, y con un pequeño tirón de orejas incluido, que el patrimonio del Parque de Huanchaca debería iluminarse artificialmente siempre desde el suelo, por donde también se “tiran” los cables soterrados, nunca colocando las luminarias ancladas en los propios vestigios históricos. Y si lo han hecho por alguna razón realmente excepcional que desconocemos, retiraremos el tironcillo de orejas.
Atacama, lugar que pasa por ser el más seco y árido del mundo, con sus salares, termas y geisers, grandes minas de cobre y otros minerales. Allí, en el altiplano barrido por el sol, descansan valiosos vestigios de las culturas originarias que aparecen en sus numerosos yacimientos arqueológicos. Para aproximarnos al conocimiento de estas culturas deberemos hacer parada y fonda en Antofagasta, la ciudad costera en las mismas puertas del desierto. Allí, casi al borde del océano, se encuentra el Museo Ruinas de Huanchaca.
El Museo Ruinas de Huanchaca, se encuentra en el centro del Parque Cultural Huanchaca*. Se trata de un equipamiento museístico cuya arquitectura se ha mimetizado perfectamente con su entorno y eso es algo que a nosotros nos gusta especialmente. El edificio, con cinco amplias alas paralelas más el cuerpo central, tiene una superficie construida de 2.200 metros cuadrados. Cuenta con un gran hall de entrada, cinco salas de exposiciones permanentes, un auditorio, oficinas, depósitos y espacios de trabajo e investigación, además de una cafetería y tienda de recuerdos de la zona. En este bello museo se realizan todo tipo de exposiciones temporales, como la recién clausurada “Mi segunda piel”, un recorrido por las tradiciones de Antofagasta, exhibiendo el vestuario y los elementos decorativos que caracterizan a los bailes religiosos de Antofagasta, ciudad que mira al Pacífico desde sus playas. También el Museo Ruinas de Huanchaca organiza actividades para niños y adultos.
El Museo cuenta con colecciones de geología y paleontología correspondientes a la “Creación del Espacio”. A esto se suma una muestra arqueológica de la minería en Chile llamada “Hombre del Norte”. Por último, la sala “Una Ventana al Universo”, muestra el origen del cosmos y los proyectos más actuales del Observatorio Europeo Austral. En resumen, quienes nos visitan, harán un viaje que comienza con la formación de la tierra, verán como el hombre se relacionó con los minerales y como este último mira al universo descubriendo nuevas constelaciones.
A lo anterior se suma una característica entrada llamada “Jardín de Rocas” que exhibe rocas y minerales del norte de Chile y un segundo sitio denominado “Planos y Esferas del Desierto de Atacama” formado por ventifactos y concreciones calcáreas esféricas, rocas que en su mayoría se forman junto a fósiles marinos.
Las instalaciones del Museo cuentan con un magnífico anfiteatro al aire libre donde se programan todas clase de espectáculos. Solo hay que tener en cuenta que la temperatura del día a la noche fluctúa muy severamente, es decir, hay que ir equipado con rebequita para los hombros y evitaremos los resfriados.
(*) Recordar a la autoridades del ayuntamiento de Antofagasta, sección patrimonio histórico, y con un pequeño tirón de orejas incluido, que el patrimonio del Parque de Huanchaca debería iluminarse artificialmente siempre desde el suelo, por donde también se “tiran” los cables soterrados, nunca colocando las luminarias ancladas en los propios vestigios históricos. Y si lo han hecho por alguna razón realmente excepcional que desconocemos, retiraremos el tironcillo de orejas.
fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti http://evemuseografia.com/2014/07/10/museo-ruinas-de-huanchaca/
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