El museo local necesita crear material
didáctico que esté disponible en internet.
En el ejercicio de la didáctica, el papel está a punto de desaparecer. El museo local, como uno de los baluartes de la educación divertida, amena, y eficaz, ha de ser fiel a los tiempos que corren y acoplarse a la era de la comunicación en línea. Pero hay que tener siempre en cuenta que es un medio que condiciona totalmente el mensaje; no se trata de subir a la página web del museo, si la tiene, los mismos cuadernos de actividades que se reparten en el museo, o el catálogo del museo, si existe, escaneándolos y exportándolos en formato pdf para que puedan ser descargados por los usuarios. El que piense que esto va a funcionar con los visitantes que naveguen por internet va dado. Cada medio, con su propio lenguaje, necesita una fórmula de comunicación particular.
Los chavales deben poder crear ellos mismos su libro personalizado con imágenes del museo, o libros virtuales animados (Classtools) o bien su propio boletín electrónico. El museo debería facilitar cuestionarios de autoevaluación de la visita, generar mapas, gráficos explicativos, incluso vídeos. Existen múltiples herramientas freeware en la red que nos ayudarán a generar todos estos recursos en línea, incluidos los entornos multimedia. Se pueden crear herramientas de realidad aumentada con la ayuda de bibliotecas de software libre, como es el programa ARCOlite, mediante el cual es posible generar una base de datos con objetos, principalmente arqueológicos, permitiendo a alumnos y profesores visualizar estos objetos en entorno de realidad aumentada, como decíamos.
Todo es poco para que los visitantes se fidelicen y contribuyan a que el museo local tenga una larga vida. Hay muchos recursos y posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la información e imagen (TIC), aplicable y adaptable a cualquier equipamiento cultural. El criterio del buen uso de todas estas herramientas son lo que puede complicar la generación de una mecánica del museo on line racional y práctica. Muy importante facilitar el registro on line para ir construyendo una base de datos de amigos del museo. Una buena base de datos que posteriormente podamos usar para enviar newsletters, avisos y noticias, no tiene precio.
Dentro de la amplia gama de actividades que se pueden plantear en línea relacionadas con el e-learning, un ejemplo sería el proyecto Historypin. En una página web que permite la geolocalización sobre mapas, mediante el uso deGoogle Maps, fotografías y vídeos antiguos, con el objetivo de que los usuarios ubiquen las imágenes en el lugar donde fueron realizadas y crear d este modo unahistoria mundial compartida, ya que todos podemos participar en este proyecto común con solo registrarnos en la web. Actualmente, el proyecto cuenta con más de 200.000 materiales en red que han sido compartidos por más de 45.000 personas distintas. Es fácil navegar por sus archivos geolocalizados con solo hacer un click sobre la ciudad o área donde queremos descubrir con imágenes. Este programa a incorporado la aplicación Street View, que permite ver el lugar en la actualidad donde se realizaron las fotografías y comparar la zona con el paso del tiempo. Este programa también permite crear tu propio mapa Historypin facilitando la creación de infinidad de posibilidades y recursos on line para los museos locales.
Podemos promover que los visitantes que hayan estado en el museo cuelguen las fotos que hayan hecho, para conocer qué rincones, obras u objetos les han resultado más interesantes. La misma web del museo podría ofrecer una aplicación para smartphones y tabletas – las hay gratuitas -, lo que hará que ese app facilite la interacción inmediata entre el público potencial y visitantes para alcanzar los objetivos de capacidad de convocatoria del museo local.
IDEAS QUE CUESTAN POCO DINERO:
Lo vimos cuando visitamos el Museo de los Barcos Vikingos de Roskilde(Dinamarca) y nos gustó mucho la idea. Se trata de colgar ropa de época en determinados lugares con un espejo para que los visitantes se la prueben, se miren y se puedan hacer fotos y selfies con ella puesta – que no falten los selfies, menuda plaga -. Confeccionar ropa de época no es demasiado costoso si tenemos a mano a alguna costurera o sastre que quiera colaborar con el museo. También podemos curiosear en el baúl de la abuelita, pudiendo llevarnos alguna grata sorpresa. Da igual de que naturaleza sea el museo, siempre podremos asignarle una indumentaria antigua o moderna con sus complementos, de lo que en realidad se trata es de jugar y divertirse probándose disfraces para niños y no tan niños en el museo.
Fotografía principal y redes sociales: Meve Özaslan
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