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terça-feira, 26 de maio de 2015

MUSEOS Y LABORATORIOS DE IDEAS - · en CREACIÓN, INSTITUCIONES,MUSEO, MUSEOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA, OPINIÓN. ·

El diseño de un banco impulsor de ideas desde el museo debería estar relacionado fundamentalmente con la Universidad. Un esquema productor de ideas con un perfil universitario avanzado, permitiría disponer de un enlace con la sociedad, con el exterior del museo para abandonar definitivamente el perfil alto de excesivo academicismo y volcarse en lo práctico. Esa salida al exterior debe vincularse ineludiblemente son el ámbito empresarial, que es quien apoya y financia los distintos proyectos de investigación que, finalmente, repercutirán en avances que pueden ser aplicados ya no solo para bien del museo sino también para la sociedad en general.


En realidad, es un modelo anglosajón, habitual en universidades norteamericanas con los postgrados más avanzados; todo se centra en que las empresas puedan desarrollar distintas variables que repercutan en sus crecimientos, dado el interés de las mismas por desarrollar alternativas de futuro. Pero esto es muy difícil en la situación actual, con tanta competitividad, donde no hay tiempo para el estudio, ni medios propios tampoco, en este momento solo hay lugar para la acción. Esta forma de colaboración práctica puede centrarse en la investigación universitaria aplicada, con equipos de mentes frescas y bien orientadas. Se planifican distintos proyectos que se ofertan a la empresa o se dan entrada a demandas de investigación por solicitud de éstas para poner en estudio los proyectos que interesen. En este canal, las áreas competentes serían los másteres y programas de postgrado; el laboratorio experimental y la producción propia, con propuestas realistas para ser aplicadas socialmente. A ello se le suma un grupo de asesoramiento técnico de distintas disciplinas para aumentar su potencial, con tendencias cooperativas y nuevas metodologías para la creación colectiva, porque el trabajo en equipo es muy necesario para ser flexible en los procedimientos, para romper con las previsiones pesimistas o huecas y para multiplicar las respuestas.


A las ideas no llegamos solos, sino que debemos facilitar que se consoliden grupos de opinión desde el conocimiento de las diferentes materias que puedan ser exportadas desde el museo hacia la sociedad. Hoy no podemos dejar de mirar hacia todas las direcciones posibles. Este grupo creador de ideas salvaje es mercenario, esporádico y está solo al servicio del riesgo y su materialización. Cada proyecto precisará de distintos componentes en el grupo, que invadan sin miedo el terreno real desde sus disciplinas y su personalidad. Toda esta cantidad de recursos creativos son los que facilitan el método para activar los trabajos de investigación.


La creación de un banco de ideas para apoyar las acciones de este grupo asesor, que debe estar en red con otros museos y con accesos sencillos, para colectivizar la creación, podría convertirse en una herramienta de extraordinario valor, es más, de inmenso e indiscutible valor. El caso es que, mientras haya ideas, nuestra sociedad podrá tener esperanza, pero nunca apretando a fondo el acelerador. Los procesos de investigación pueden variar en timmings, pero no es dificil imaginar que podrían implicar varios años de estudio y experimentación, en proyectos que pueden ser de práctica y explotación inmediata, pero también con retorno económico a muy largo plazo, de modo que la propiedad intelectual quedará en manos del museo y su convenio con la universidad para hacerla pública. Al mismo tiempo, la situación actual de crisis ha propiciado un escenario adecuado para numerosos especialistas de alto nivel que buscan aprovechar el momento y salir reforzados, con una formación muy cualificada, a la que acuden muy bien preparados, y la misma mecánica favorece los resultados de este encuentro deseado. Los campos de acción pueden ser muy elásticos, desde la comunicación afectiva hasta la accesibilidad, pasando por la semiótica, la inteligencia cognitiva, las emociones, el confort vivencial, los espacios experimentales, patrimonio, acción y gestión cultural; arquitectura de interiores y, por supuesto, todo el ámbito de la museología y la museografía. Es aquí donde podemos encontrar espacio para la creatividad, disciplinas que pueden ser estudiadas y mejoradas, que necesitan desarrollarse para potenciar sus cualidades, puestas al servicio de los demás, creadas al servicio de la sociedad.


La metodología a seguir se redimensionaría, una vez puesta sobre la mesa de operaciones las distintas disciplinas que participen en el proyecto; de este modo, conociéndolas, se estudiarían las interrelaciones entre ellas y se pondrían en cuestión los distintos retos a establecer. Por último, teniendo en cuenta los intereses comerciales de los posibles patrocinadores, se darían salidas a los proyectos ya diseñados. Este modelo tiene como referencia muy cercana la ideología del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, EE. UU.), el laboratorio de ideas más importante del mundo. También, de muy reciente aparición, otro modelo de transversalidad es la Singularity University, en Silicon Valley (EE. UU.), en donde los estudiantes, expertos de determinados campos tecnológicos, se esfuerzan por interconectar las distintas disciplinas y aplican sus especialidades sobre las otras. Por supuesto, este tema es tan apasionante que abre, por sí mismo, toda una puerta a la acción y a la creatividad. Aplicado desde el ámbito de los museos, puede aportar extraordinarios recursos al exterior y alimentarse, al mismo tiempo, de ideas externas, destinadas a un campo que necesita crecer y expandirse más allá de su entorno pasivo.



fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti  Espacio Visual Europa (EVE)

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