Vamos a reflexionar un poco sobre los museos locales: ¿Cómo se enfrenta un equipo de profesionales de los museos locales a la tarea de desarrollar un método nuevo y dinámico para abordar la historia de su región y/o comunidad, un enfoque que cumpla las expectativas y necesidades de un público que se siente atraído por otro tipo de actividades que nada tienen que ver con la visita a sus propios museos? Este es el reto al que se entregan en cuerpo y alma los profesionales de los museos locales, lo que nosotros denominamos los héroes de los “museos pobres” – sobre todo pensando lo que están pasando en la crisis -, con el duro trabajo de dar respuesta a la necesidad de renovación y actualización de contenidos para este tipo de museos, todos haciendo verdaderos equilibrios con el presupuesto.
Para cumplir una misión de actualización de unos contenidos que suelen ser amplios como los que tiene un museo local, que los tiene, lo más práctico para generar interés en el visitante potencial es desarrollar un programa estratégico de implantación de contenidos que nosotros hemos dividido en tres posibles estadios:
Exposiciones temporales de contenidos locales, tanto del pasado como contemporáneos, exposiciones de artistas invitados y la programación de exposiciones itinerantes importantes con regularidad, incluyendo charlas abiertas;
Exposiciones temporales de historia y ciencia que interpreten aspectos del desarrollo actual en la región;
Una serie de exposiciones permanentes sobre la amplia y multitemática en la historia de la región.
Normalmente a los profesionales del museo les resulta muy dificil emprender el desarrollo siquiera de una porción de este programa que hemos enunciado en esos tres puntos – puede parecer iluso e inocente esperar conseguirlo todo -, pero, con el tiempo y cogiendo ritmo, se suele poner en marcha un intenso programa de exposiciones orientado hacia la comunidad, al que se le puede unir otro programa educacional dirigido a profesores para que se involucren con el museo. Afortunadamente, estos esfuerzos del personal, junto con los de un grupo de voluntarios, si los hubiera – las personas de la tercera edad están deseando sentirse útiles si no están cuidando nietos -, grupo pequeño pero con gran dedicación y entusiasmo, acaban contagiando con una ola un tanto tardía de sensibilización cultural a la comunidad a la que pertenecen. Es ahí cuando el ayuntamiento y/o el gobierno local debe apoyar financieramente ese proyecto de renovación – utopía -, si se les muestra que hay capacidad de convocatoria social desde y hacia el museo.
En ocasiones – demasiadas -, estos importantes logros se ven empañados por que los responsables del museo local se encuentran con la ardua tarea de convencer a los ciudadanos en la necesidad de defender el museo y que lo ayuden al menos con visitas. Sin embargo, se pueden conseguir cosas emprendiendo una intensa campaña basada en la oferta estable de un programa didáctico accesible y la seria promesa de generar un programa histórico de calidad que preserve el patrimonio cultural local promoviendo el orgullo e identidad sobre su propia historia.
Nenhum comentário:
Postar um comentário