Son los restos del mayor asentamiento precolombino en dicho país.
Ocupan aproximadamente treinta hectáreas y están ubicadas al pie del cerro Alto del Rey. El lugar fue primero propiedad del pueblo originario, posteriormente del estado provincial, más tarde de un concesionario privado y finalmente, de los descendientes del pueblo Quilme. Estas ruinas han sido reconstruidas, por lo que en la actualidad pueden ser visitadas por los turistas.
Fueron estudiadas por primera vez en 1897 por el arqueólogo Juan Bautista Ambrosetti y restauradas por un equipo bajo la dirección de Horacio Difrieri y Norberto Pelissero, con criterios más turísticos que arqueológicos.
Los indígenas conocidos como Quilmes, los primeros habitantes de este lugar, tuvieron una altísima densidad de población, lo que les permitió una mejor distribución de las tareas y una mayor explotación del ecosistema. En los Valles Calchaquíes en su totalidad se formaron ciudades con tan alto índice de densidad que actualmente los especialistas las consideran "las primeras ciudades prehispánicas de la Argentina".
Dichos asentamientos comenzaron su existencia en el siglo X d. C., alcanzando un gran desarrollo sociocultural y un buen manejo de sistemas agropastoriles y de cultivo e irrigación muy complejos. Este progreso continuo se vio recién interrumpido en 1667 cuando los Quilmes sufrieron su más importante derrota militar a manos de los españoles, liderados en este caso por Francisco Mercado y Villacorta, mediante el sitio a sus principales fuertes. Unos 400 españoles sitiaron a un pueblo de más de 6000 originarios primero impidiéndoles acceder a sus cultivos sobre la planicie fértil del Río santa María y luego envenenaron la fuente de provisión de agua que llegaba desde las montañas. Mientras los españoles contaban con armaduras y armas de fuego, aquellos utilizaban arcos y flechas, hondas, lanzas y hachas con puntas de piedra.
Luego de más o menos un mes, el pueblo indígena decidió rendirse. Su cacique, Martín Iquín, fue su vocero en ese entonces.
Las ruinas de los Quilmes están ubicadas en el Valle Calchaquí,
Capitulose que se les perdonarían las vidas y haciendas, pero con condición que habían de desamparar el valle y ser encomendados a los vecinos en el lugar que les destinase el Gobernador.
Lozano, 1875.
Luego de su rendición y debido a que los españoles no lograron someterlos, fueron obligados a recorrer mil kilómetros a pie sin agua ni comida. Se estima que de los más de 2.600 sobrevivientes que partieron, solamente llegaron a los húmedos e insalubres bañados de Quilmes a orillas del Río de La Plata, poco más de 400.
Los supervivientes finalizaron sus días pereciendo principalmente por enfermedades pulmonares. Al llegar no encontraron el algarrobo considerado sagrado ya que les daba alimento, leña y bebida sagrada.
No conocían las hierbas medicinales locales y no podían sanarse. El sitio ubicado a 35 km al sur de la actual ciudad de Buenos Aires se denomina Quilmes en referencia a la Misión de Santa María de Quilmes.
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Arquitectura de las ruinas
Las ruinas de los Quilmes son un conjunto de viviendas que pertenecieron a dicho pueblo originario, donde se pueden observar restos rectangulares y circulares de los cimientos de la construcción.
Este asentamiento servía de hogar para las familias quilmes, lo cual no era bien visto por sus vecinos, los indios calchaquíes, con quienes tenían cruentos enfrentamientos. Finalmente se aliaron para combatir a los españoles, quienes los derrotaron en el siglo XVII.
La fortaleza se mantuvo en pie desde los años 800 hasta el siglo XVII, con una población estable de tres mil personas, hasta que finalmente fueron obligados a trasladarse a pie 1200 km hasta la zona en donde hoy se encuentra la ciudad de Quilmes en la provincia de Buenos Aires el 2 de enero de 1667.
Durante esa travesía, murieron muchos de los casi cuatro mil indígenas desterrados. Gracias al trabajo de un equipo de especialistas, que restauró los edificios más importantes, se puede observar la complejidad del asentamiento. Dos fortalezas que servían de defensas contra posibles ataques de poblaciones indígenas vecinas y uno de los sectores de una ciudadela han sido reconstruidos.
En los restos de la ciudadela se pueden observar casas de piedra, antiguas paredes de roca y también cactus. La ciudad original incluía asimismo una capilla construida por los españoles con el fin de evangelizar a la población, la cual se estima en cinco mil habitantes. Otro elemento llamativo de estas ruinas son las destacadas construcciones de represas de agua y la gran cantidad de cultivos, principalmente de maíz, que eran la base alimenticia de estos indígenas. Se cree que la estrategia aplicada por los españoles para derrotar a este belicoso pueblo consistió en cortar su acceso a las fuentes de reserva de recursos, tanto hídricos como alimenticios. son actualmente debido al periodo humedo (efecto niño) precipita 160 mm al año.
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