Hace unas cuantas semanas, revisábamos una serie de publicaciones sobre las madres exigentes y excepcionalmente implicadas en el aprendizaje de sus hijas e hijos, una información que encontramos en estudios de marketing de consumofundamentalmente. Fue entonces cuando se nos ocurrió acuñar el concepto de las “Super mamás” en el campo de la museología, un nuevo enunciado para nosotros aplicado a un segmento concreto de los visitantes de los museos en general. La razón de que usemos el término de “super mamás”, es por su altísimo grado de implicación y nivel de exigencia que tienen sobre todo lo relacionado con sus hijos e hijas; ni la kryptonita puede con ellas.
Los estudios que muestran esta información, diferenciaban cuatro tipos de madres: “super mamás profesoras”, “super mamás jugadoras”, “super mamás caseras” y “super mamás dispersas”, siendo los dos primeros grupos los que engloban aproximadamente la mitad y un poco más de todas las madres que son visitantes de museos con sus familias. El estudio principal, y eso no es un factor de universalidad en las conclusiones de ese estudio, estaba basado en mamás que sí son asiduas visitantes a los museos, que los visitan con sus niñas y niños con regularidad, no siendo visitantes ocasionales.
Estas super mamás, asiduas e incansables visitantes a los museos con sus retoños, tienen en común que conceden una excepcional importancia al aprovechamiento de cualquier oportunidad para que sus niños y niñas aprendan cosas nuevas. Estas super mamás generan continuas oportunidades para que sus hijos e hijas mejoren su conocimiento sobre cualquier materia, siendo para ellas muy importante la ayuda de los museos en esta tarea de complementariedad en el aprendizaje. De los cuatro grupos de mamás, se daban dos grupos, como decíamos anteriormente, especialmente destacados en su devenir en los museos, los recordamos: “super mamás profesoras” y “super mamás jugadoras”.
En ese estudio hecho sobre 13.000 mamás visitantes de museos, más de la mitad eran super mamás (profesoras y jugadoras) excepcionalmente involucradas con el aprendizaje de sus hijos e hijas, siendo este segmento de mamás el más numeroso. Si examinamos el estudio con mucho detenimiento, encontramos algunas diferencias importantes dentro del mismo grupo de super mamás, dependiendo de a dónde llevan a sus hijos e hijas:
13% eran super mamás asiduas a museos de arte.
19% eran super mamás asiduas a museos de historia.
23% eran super mamás asiduas a un museo infantil.
26% eran super mamás asiduas a museos de ciencias.
Nos preguntamos por qué estas madres entienden que los museos son activos tan importantes para complementar el aprendizaje de los niños y niñas. Ellas respondieron así: “Valoramos mucho la educación y las formas en que podemos proporcionar las máximas oportunidades que sean posibles para que nuestros hijos tengan una experiencia práctica en el aprendizaje y el descubrimiento de las cosas que necesitan saber para desenvolverse mejor en la vida cuando se hagan mayores. Hay muchas cosas fueran del aula que los niños pueden aprender, y la mayoría de los museos (?) ofrecen un buen ambiente para el aprendizaje “.
Cuando examinamos sus respuestas relacionadas con los museos con mayor profundidad, ciertas palabras aparecían con frecuencia: “práctico”, “aprendizaje”, “conocimiento”, “exposición”, “completan la experiencia escolar”, e “importante”. Curiosamente, las “super mamás profesoras” tienden a utilizar la palabra “práctico”, mientras que las “super mamás jugadoras” tienden a usar la palabra “interactivo”, para describir lo que son en esencia las mismas actividades. No estamos seguros de por qué esta opción de la palabra varía, dependiendo de que tipo de super mamá la diga, para designar lo mismo; si alguien de vosotros tiene alguna idea clara al respecto del por qué, nos encantaría que nos la contéis.
Las “super mamás profesoras”, son más o menos un grupo uniformemente dividido, con una media de edad de 30 a 40 años (había unas cuantas de 20 años, y muy pocas de 50 años, obviamente), todas ellas tenías a sus niños y niñas principalmente en la escuela primaria. Un gran segmento de las mamás relacionándolas con la educación en el hogar de las familias, entran en esta categoría de super mamás profesoras.
En los estudios que revisamos, las encuestadas podían elegir, además de las razones de la didáctica de la experiencia en la visita, otras razones para ir a un museo. Las super mamás profesoras respondieron que llevan sus peques a los museos por amor a la familia, porque los museos son lugares donde pueden ir todos juntos. Pero eran significativamente menos propensas, en comparación con otras madres, a decir que los museos son sitios muy divertidos, sólo el 40%, frente al 67% de las super mamás jugadoras, siendo éstas últimas las que sí los consideran como lugares de diversión.
Las super mamás profesoras resultan ser el segmento más exigente en relación a los museos, incluyendo los segmentos del público general de los museos. Curiosamente, son el segmento con opiniones más negativas y más reacias a reconocer las bondades de las cosas. Tienen tendencia a comparar los museos con lugares donde se desarrolla un trabajo, un esfuerzo, tanto para ellas como para sus vástagos. Esto quiere decir que, para este segmento, visitar museos significa para ellas una dosis extra de trabajo, algo que es muy importante como beneficio didáctico para sus hijos e hijas, y que por ello no tiene que ser especialmente divertido. Entienden que sus hijos e hijas tengan “éxito” es sus vidas como personas, dependerá mucho del grado de conocimientos que pueden obtener en su etapa infantil. Si nosotros, los profesionales de los museos, afirmamos que son instituciones fundamentales y excelentes herramientas para completar la educación de los niños y niñas, pero echando un vistazo a la situación general a los museos locales en su relación con el público infantil, ya no lo podemos afirmar con tanta seguridad.
Siguiendo con los dos grupos más numerosos de super mamás, las super mamás profesoras centran su esfuerzo y atención en que sus hijos e hijas participen en actividades en los museos, son las que más se implican interactuando con el personal de los museos (guías, monitores, etcétera), las que más menean el cotarro. Las mamás super jugadoras van directamente con sus hijos e hijas a los museos infantiles, a los zoos y a los acuarios donde creen que sus hijos e hijas encontrarán diversión espontánea y de forma más individual. Las super mamás profesoras son asiduas de los museos de historia natural, principalmente.
Preguntando a las encuestadas sobre sus experiencias con los museos en su niñez, nos encontramos que las super mamás profesoras son el grupo mas numeroso en tener recuerdos negativos. Las super mamás profesoras fueron también el grupo de mamás más reacias a compartir su memoria, y cuando lo hicieron, sus recuerdos eran generalmente menos detallados. Las super mamás profesoras eran menos propensas a recordar objetos o museos basadas en la historia, pero tenían más recuerdos y más detallados sobre los museos de ciencias.
Si bien, como profesionales de los museos que somos, agradecemos a las super mamás profesoras que entiendan que los museos son lugares excelentes para complementar la educación de sus hijas e hijos, pero nos preocupa el grado de negatividad que pueden llegar a demostrar respecto a un todo, equiparando a los museos con lugares de trabajo y esfuerzo, observando además que estas mamás se alejan de los museos como lugares de placer y diversión. Siendo éste el grupo mayoritario de mamás, según describe la encuesta, nos encontramos con una realidad bastante inquietante y a la que habrá que poner solución.
Nenhum comentário:
Postar um comentário