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quinta-feira, 5 de junho de 2014

Museo Local: Renovarse o Morir

El alma mater del museo local es la exposición permanente, pero lo que debería ofrecerle su pan con mantequilla diario, como dirían los anglosajones, su alimento de visitantes continuo, son las exposiciones temporales. La diferencia entre exposición permanente y temporal pueden ser solo de matiz: el museo local mostrará el medio humano, el medio natural o el medio histórico del municipio o de la provincia.


La renovación no está relacionada con el gasto por sistema, está relacionada mucho más con las ideas, eso sí, hay que arriesgar un poco / Foto: Archivo EVE


El valor de las exposiciones temporales es la renovación, el cambio continuo, ocasión para replantear temas guardados en el cajón, además de ser la manera de atraer a nuevos públicos.

 
Las fotografía a gran formato son una fuente muy barata de renovación del espacio museográfico / Foto: Archivo EVE

Sin embargo, desde nuestro punto de vista, la mejor exposición posible para un museo local es la permanente en continuo cambio. Es aquella que lucha con la temida frase: ya lo he visto. Sabemos que los cambios requieren inversión y no son baratos, ese es problema básico de un museo local. La estrategia debe estar orientada a que nos preocupemos de las salas permanentes e introducir progresivamente pequeños cambios, que podamos usar estos escaparates permanentes para renovar usando las ideas y sin grandes inversiones. El atractivo de una exposición reside en factores muy diversos, que van desde la absoluta variación de los escenarios de la exposición – la museografía -, hasta enfrentarnos a guiones museológicos que sean muy originales, apoyándonos en ideas creativas, en impulsos creativos de diferenciación. Y hay que renovar la Identidad Visual del museo, muchas de las que se ven son decimonónicas.

 
Observar a otros que han resuelto con éxito los mismos problemas que los nuestros es una forma de encontrar soluciones muy baratas / Archivo: EVE

Una exposición puede resultar muy atractiva utilizando una museografía arriesgada, sorprendente, atrevida, hay que ser valientes. Los medios tecnológicos avanzan y está para ser usados. Se pueden crear sinergias con la universidad técnica local para trabajar en innovación orientada y aplicada al museo. Hay infinidad de ejemplos de montajes que, aun siendo de coste bajo, han sido un éxito por su innovación, por su originalidad. El público siempre se identifica con las novedades siempre que éstas estén justificadas. Las soluciones que podamos aplicar a la variación de lo permanente pasan ineludiblemente por la etapa de la creación original barata. Los comités de creación de ideas dentro del museo son fundamentales cuando bailan al compás de la innovación.

 
Lo cotidiano puede convertirse en una excelente museografía / Foto: Fabio Ongarato Design

En definitiva, estamos hablando de bajos costes, contenidos cambiantes, aplicar innovación sin alejarse a la naturaleza de la localización y con inmediatez. El comité de ideas no puede perpetuarse especulando con conceptos sin generar soluciones reales. Las exposiciones debe partir de las necesidades de la propia localidad o comarca. El museo local debe ser como un diario de provincias, estando al día sobre la realidad del lugar. Si un día se desbordó un río en la zona, podemos responder rápidamente con una exposición especial sobre la relación histórica de la localidad con el río, por ejemplo. O hacer una exposición sobre la historia del comercio, o de la industria, etcétera. Hay docenas de temas que interesan al colectivo y que pueden conformar una exposición barata. El museo puede ser de gran utilidad para la comunidad en el plano didáctico, mostrando que los problemas cotidianos nunca son nuevos, poniendo de manifiesto como fueron afrontados en el pasado, que repercusiones tuvieron en su día y como deberían ser encarados al día de hoy.

 
El buen uso de la luz puede ser un gran aliado en combinación con soportes sencillos / Foto: Archivo EVE

Otra solución para mantener vivo el museo local es la organización de eventos sencillos pero que tengan repercusión en el colectivo. Uno de estos eventos puede ser la organización de una exposición con objetos aportados por los vecinos, o fotografías antiguas, películas, y que incluso se incite a algún vecino a que explique el uso de un artefacto u oficio que pueda ser filmado y mostrado en el museo con un video, incluso convocando a los colegios. Es una labor además que obtienen el beneficio de hacer participar a los vecinos haciéndoles ver lo importante de sus historias para conformar la Historia.

 
Modelar las forma de los soportes de texto plano usando materiales baratos es una solución que siempre ha funcionado / Foto: Archivo EVE

Finalmente, hay que tener en cuenta que el museo es un medio de comunicación: debe aliarse con los demás medios para crear sus productos culturales. Las alianzas que tienen como objetivo que el museo siga vivo y que difunda conocimiento y que los medios, a su vez, dignifiquen su imagen difundiendo ese conocimiento, puede resultar un trueque entre entidades muy provechoso. Diseñar exposiciones tiene mucho en común con el diseño de una campaña de comunicación. Este es un principio básico muy importante que debe incidir en el tema, la secuencia, los programas para recabar opinión e información, la redacción de textos y la grabación a los testimonios. El estructurar todo estos contenidos sobre ideas museográficas originales pero baratas – cambiar una proyección de pared al suelo ya es una innovación -. Este es la última labor que proponemos para revitalizar el museo local y que es la mejor herramienta de innovación: pensar, pensar y pensar.

BIBLIOGRAFÍA:
SANTACANA MESTRE, J. / LLOCH MOLINA, N
Museo local, la cenicienta de la cultura
Ediciones TREA, Gijón (2008)

fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti http://evemuseografia.com/2014/06/05/museo-local-y-renovacion/

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