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segunda-feira, 8 de junho de 2015

MUSEOS: VISITAS, FIDELIDAD Y PARTICIPACIÓN - · en CULTURA, MUSEO,MUSEOGRAFÍA, OPINIÓN. ·

La experiencia del visitante potencial del museo es el resultado de la suma de una serie de procesos en la vida que han de permitir que una persona que no demuestra interés por visitar el museo, ya sea por desconocimiento, por falta de formación o por no sentirse identificado con la institución, pase de una primera visita casual a frecuentar el museo y con el tiempo llegue a convertirse en un activo participante del mismo. Ese es nuestro sueño y objetivo.


Para que esta primera visita sea haga posible, el museo debe generar las expectativas que la propicien. Todos aquellos que trabajamos en museos, de una manera u otra, solemos cometer el error de dar por sentado que nuestro entorno conoce la institución. Pensamos que las exposiciones y actividades que programamos son del agrado de nuestros visitantes, cuando habitualmente son el resultado de intereses y gustos particulares muy alejados de los del gran público. Unas veces por intereses políticos, otras por el perfil de los conservadores y otras por compromisos adquiridos, el museo continúa alejado de aquella sociedad a la que pretende servir.


Ya no hablarnos de conocer las piezas más destacadas de la colecciones, sino de que conozcan su existencia y la ubicación del mismo museo. Puede que os suene a una tontería pero no lo es, haced la prueba, dad una vuelta por una de las principales calles de vuestra ciudad, preguntando a algún que otro viandante si conoce un museo determinado de la localidad y si lo sabe ubicar con precisión, puede que os llevéis una sorpresa (no precisamente grata). Quizá entonces empecéis a entender qué muchos turistas dan vueltas hasta llegar a ciertos museos, ya que ninguno de los transeúntes que se han encontrado les ha sabido indicar dónde encontrarlo, y quizá también entendamos por qué los propios habitantes de la ciudad en cuestión no han visitado el museo. Todo esto sin contar con la ausencia de señalización exterior.


Por lo tanto, el primer paso consiste en saber cómo llegar al museo para realizar una primera visita; una vez en el museo, si superamos esta primera prueba y el itinerario propuesto le permite descubrir progresivamente sugerentes e interesantes posibilidades que este le puede ofrecer, seguramente el visitante volverá ya sea solo o acompañado. La primera experiencia es clave para que se produzca o no la segunda fase del proceso: la frecuentación. Es como una historia de amor: si se gustan, volverán a verse.


Si el visitante no se ha sentido cómodo, ni bien acogido, ni le hemos ofrecido la oportunidad de descubrir nuevas experiencias que le satisfagan, difícilmente volverá a visitarnos. Si, por el contrario, la visita ha sido de su agrado, es muy probable que vuelva a visitarnos acompañado de amigos, familiares y conocidos, ampliando así nuestra red de públicos y sintiéndose parte del museo, comenzando a interesarse por la oferta de actividades programadas: visitas guiadas, talleres, exposiciones temporales, conferencias, cine…, pasando de visitante frecuente a participativo. Puede que algunos de vosotros consideréis demasiado simple este planteamiento, pero os podemos asegurar que para muchos gestores de museos es una lección pendiente por aprender.

fonte: @edisonmariotti $edisonmariotti  Espacio Visual Europa (EVE)

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