El año pasado, la casa de subasta Christie’s, en su sede de Londres, vendió la estatua de Sekhemka, una de las más bellas del Imperio Antiguo descubierta fuera de Egipto, por 22 millones de euros sentando así un peligroso precedente. El propietario del tesoro, el ayuntamiento de Northampton (Inglaterra), alegó para justificar la decisión que vendía la estatua para afrontar la renovación del museo de la ciudad Northampton, en cuyos fondos se incluye la colección nacional del calzado.
Tiffany Denise
Entonces, ¿está todo en orden? Nosotros creemos que para nada en absoluto. En un principio el ayuntamiento de Northampton, cuando valoró la posibilidad de la venta de Sekhemka valoró la estatua en 2 millones de euros. En aquel momento declaró que la venta se hacía para poder afrontar el pago de los sueldos del personal del museo de la ciudad. Después dijo que necesitaban renovar tres zonas del museo, para declarar finalmente que el dinero se iba a dedicar a la restauración de la Abadía de Delapré. En definitiva, se liaron entre todos y acabaron por no aclarar a que se iba a dedicar el dinero.
Muchos opinaron que una vez que el ayuntamiento se hizo con esa ingente cantidad de dinero (22 millones de euros) fruto de la subasta, decidirían que hacer con tamaño capital sobre la marcha. Por si no fuera poco el lío, los descendientes del donante originario de la estatua, el Marqués de Northampton, ilustre de la historia local, declararon que el ayuntamiento no tenía potestad para venderla, que la estatua había sido legalmente donada al museo para que fuera expuesta al público, y punto pelota. A los descendientes del ilustre marqués se les cerró la boca con un talón de 11 millones de euros. El ayuntamiento se quedó con el resto una vez descontada la comisión de Christie’s.
El Código de Deontología de la Asociación de Museos del Reino Unido, dictaminó que el ayuntamiento de Northampton no obró correctamente vendiendo la estatua, ya que el dinero finalmente no revertió en la mejora de las colecciones de los museos de la ciudad, por lo que la asociación, en unión con el Consejo de las Artes, retiró la acreditación de museo a todas las instituciones locales.
En esta época de crisis salvaje muchos ayuntamientos se plantean la venta de fondos de las colecciones de “sus” museos locales, no solo es el de Northampton ni mucho menos. Como parece ser que a los ayuntamientos, en el caso de Inglaterra, que les quiten la acreditación no les importa un pimiento, la Asociación de Museos y el Consejo de las Artes están gestionando poner en marcha medidas mucho más radicales y contundentes para que todo este contubernio “hacemos lo que nos da la gana” de los ayuntamientos, no se les escape de las manos.
Y por supuesto, además, las autoridades culturales egipcias protestaron con mucha razón, ya que se consideraba que la estatua iba a formar parte de una colección privada, solo a la vista de los amiguitos del dueño final. Los museos ni son almacenes, ni son tiendas, eso es algo que debe quedar muy clarito a aquellos que no entiendan como funciona esto es decir, los políticos semi-analfabetos, e insensibles a la cultura, que dirigen muchos ayuntamientos del todo el mundo.
Archivo EVE
Las colecciones de los museos públicos nos pertenecen a todos, nadie pueda hacer uso de esos fondos indiscriminadamente y mucho menos ponerlos a la venta. Las colecciones no solo pertenecen a los habitantes de la ciudad que alberga el museo sino a todo el público que quiera verlas. El único objetivo que tiene las colecciones de los museos es alcanzar el beneficio público, tanto en el momento presente como en el futuro. En cualquier caso, lo mas urgente ahora es que existen resquicios legales por los cuales se abre una vía a la venta de las colecciones y eso es algo que hay que revisar ya, sin más demora. Nuestros códigos deontológicos y las sanciones muy duras asociadas a este código deberían, en la medida de lo humanamente posible, reforzar el principio de inviolabilidad y blindar las colecciones de los museos públicos a los ataques del neoliberalismo.
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