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sábado, 21 de janeiro de 2017

CULTURA, ECONOMÍA Y COMUNIDAD LOCAL. - · en INSTITUCIONES, MUSEO, OPINIÓN, PATRIMONIO. ·

Existen instituciones que tienen un perfil de características únicas, pero que también comparten objetivos, valores y principios de funcionamiento con otras iniciativas que pueden ser impulsadas por la comunidad, y con otras organizaciones basadas en la dinamización de la económica local.

En algunos países, se han programado normativas o leyes que permiten el desarrollo de Iniciativas de Interés Provincial (IIP), que unen los intereses de un área territorial (normalmente no muy grande) y municipal para hacer un buen uso de la tierra. Un IIP típico incluye 14 áreas clave de interés común. Dos de estas áreas son el patrimonio y la cultura, por un lado, y la recreación (ocio) y el turismo, por otro. Todas estas áreas pueden tener vínculos obvios con el patrimonio histórico y los ecomuseos, confiriendo, por lo tanto, un impacto directo sobre el desarrollo sostenible de la comunidad local.


A nivel local, existen comunidades que han desarrollado, o están elaborando, un proyecto cultural con el apoyo de subvenciones públicas. Estos planes de desarrollo local proporcionan una base para que las iniciativas municipales reúnan al conjunto de partes interesadas, incluída la cultura, la iniciativa empresarial, las fuerzas sociales, y grupos de defensa ambiental, para mejorar así el potencial creativo y cultural de su comunidad, pero también dando énfasis a las artes y al espectáculo como actividades generadoras de conocimiento y también de recursos económicos.


Las actividades de los ecomuseos están dirigidas a la cultura en un sentido más amplio – como en la evolución del conjunto de objetos y artefactos, comportamientos, valores y supuestos que afectan a la manera de vivir de una zona concreta y de un tiempo – pero también son una manera eficaz para facilitar el desarrollo de un plan cultural o para dar vida a uno ya existente. La visión, misión, y las asociaciones que componen un ecomuseo, pueden proporcionar un valioso contexto de visibilidad para la implementación de un plan económico basado en el desarrollo histórico-cultural.


Existen claras coincidencias entre el modelo de Ecomuseo y el de los Distritos para la Conservación del Patrimonio (HCD) en algunos países, con su reciente trabajo sobre las “Regiones de Vida”. El modelo de los HCD se estableció primero en países como Canadá y EE.UU., para poner en valor la difusión de la historia de “áreas residenciales, comerciales e industriales, los paisajes rurales, pueblos enteros o aldeas con características o patrones que contribuya a proporcionar un sentido de cohesión de tiempo y/o lugar a la sociedad” (HCD Designation Guide, 2006). Una Región de Vida se basa en la noción más amplia del “patrimonio vivo”, que incluye “valores, creencias, formas del entorno [que] están conformadas por familiares, amigos y profesores, así como de la propia experiencia del vivir y del estar en un lugar” (Massey 2014).


Los Distritos para la Conservación del Patrimonio se centran principalmente en la conservación y gestión de los bienes patrimoniales tangibles, mientras que los ecomuseos dan lugar a planes y acciones dirigidos a una gama más amplia de soluciones, que responden a las preocupaciones locales y a temas de actualidad. Además, los ecomuseos no están configurados o supervisados por una autoridad externa; la gestión está establecida por los residentes del lugar, como una forma de agregar valor a las economías locales, produciendo un impacto positivo en su calidad de vida. La comunidad logra estos buenos resultados a partir de la implementación de planes y acciones, que proporcionan a los “miembros de la comunidad en conjunto reflexiones y conocimiento sobre su patrimonio tangible e intangible, conectándolo al presente, proporcionando un espacio público para la reflexión sobre los diferentes sistemas que generan valor a la comunidad” (Massey 2014).


Los ecomuseos están claramente alineados con el concepto de “patrimonio como un ser vivo”, desde el aspecto dinámico de la vida diaria. Esto hace que sean complementarios a los proyectos Región de Vida que se están fomentando en algunos lugares, todavía pocos, desgraciadamente. Otras iniciativas que complementan el modelo Ecomuseo incluyen proyectos de arreglo de calles y parques, y la implementación de museos comunitarios tradicionales ya existentes. Los ecomuseos se entienden mejor como un tipo mejorado de museo comunitario. Están establecidos y gestionados por los residentes locales, a partir de una serie de activos que ayudan a tratar asuntos de importancia local. Lo que les separa del museo típico de la comunidad, es su énfasis en el patrimonio inmaterial relacionado con la naturaleza de sus colecciones. Dependen de la participación activa de la comunidad, que presenta su patrimonio intangible en un primer plano, normalmente con la recreación de hechos históricos y recuperación del folclore. En lugar de trasladar una colección a una instalación central, los activos materiales se conservan, interpretan, y disfrutan in situ. Esto no sólo fomenta la adaptación, preservando un contexto histórico, sino que también deja espacio para la interpretación del visitante, reduciendo así drásticamente la inversión de capital necesaria para conseguir un Ecomuseo en marcha y funcionando a pleno rendimiento.


Concluyendo este monográfico al que le hemos dedicado toda la semana, mencionar que el desarrollo de los ecomuseos se basa en la participación de la comunidad; la sociedad local consulta y toma decisiones en conjunto, generando la participación y el apoyo de una amplia gama de residentes locales. El desarrollo de la comunidad en este contexto es vista como una gestión sobre valores e intereses comunes, que incluye tanto el patrimonio natural como el cultural; los tangibles e intangibles de su patrimonio histórico-cultural. Los ecomuseos son diseñados localmente, abordando temas de actualidad y basándose en preocupaciones locales, que se alinean con el concepto más amplio del “patrimonio vivo”, como un aspecto dinámico de su vida diaria. Hay muchas maneras de contribuir al desarrollo sostenible de la comunidad, tal y como hemos comentado estos últimos días. Un Ecomuseo sin embargo, tiene un enfoque más integrador, histórico, cultural, mostrando a todo el que lo quiera disfrutar, un “patrimonio vivo” recuperado y en acción.











Cultura e conhecimento são ingredientes essenciais para a sociedade.

Cultura não é o que entra pelos olhos e ouvidos,
mas o que modifica o jeito de olhar e ouvir. 

A cultura e o amor devem estar juntos.

Vamos compartilhar.

Culture is not what enters the eyes and ears, 
but what modifies the way of looking and hearing.


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