Los procesos de interpretación del patrimonio natural se pueden aplicar a espacios patrimoniales de carácter público habilitados para tal propósito: parques naturales, paisajes protegidos, reservas de la naturaleza, etcétera, o bien espacios que atraen a los visitantes aun sin gozar de los beneficios de lo que es la gestión pública, cuando se enfoca bien la ejecución del trabajo. En ambos casos es necesario el diseño de una estrategia de interpretación, que se diferenciará por el tipo de recursos que vayamos a emplear para su difusión didáctica, por su carácter más o menos supervisado en relación al visitante, y por el tipo de mensaje que se quiera transmitir al público.
La interpretación del patrimonio natural debe tener un carácter muy dinámico; es decir, debe adaptarse a las transformaciones inherentes del medio natural y de la sociedad, a la evolución de la mentalidad de los destinatarios y a los cambios de concepto y en innovación tecnológica que están relacionados con el pasar del tiempo.
Archivo EVE Museografía
A veces, las estrategias de gestión adoptadas en los espacios naturales no proporcionan los resultados deseados y se hace conveniente reflexionar y valorar su eficacia y revisar las causas del fracaso. Algunas d ellas señales que indican que puede ser necesario poner en marcha un proceso de este tipo son (adaptación de Veverka, 2000):
El número de visitantes no ha aumentado de forma significativa en los últimos 2-3 años, o bien ha incluso disminuido.
El número de visitantes es mínimo en relación con la localización del espacio natural que se puede visitar (población potencial) y en relación con número de visitantes a otros lugares del patrimonio de interés similar.
Los problemas derivados de las visitas (ruidos, basuras, etcétera) aumentan por no estar controlados y no resolverse.
La imagen del lugar ante el visitante potencial es poco conocida y, en el peor de los casos, es negativa.
Se experimenta una reducción en la cuantía de ayudas y aportaciones económicas. Si se trata de una asociación o fundación, el número e socios esté estancado o haya incluso disminuido.
Los visitantes se van sin haber comprendido verdaderamente las características históricas de lugar y el valor de su preservación.
El lugar no posee suficiente atractivo para el visitante. La gente se aburre allí y no digamos los niños y niñas.
En los folletos de propaganda y publicidad aparecen imágenes del lugar pero no se ven personas.
Resulta difícil que te atienda un guía o acompañante. No se reclutan guías y/o voluntarios.
En los días en que se espera una mayor afluencia, el lugar permanece prácticamente vacío.
A partir de nuestro análisis y reflexión sobre como evolucionan estos puntos que hemos listado anteriormente, se deberán tomar decisiones, ejecutarlas de inmediato y redefinir así estrategias dirigidas a recuperar el interés de los potenciales visitantes por el patrimonio natural. Este es un proceso fundamental que deberá ser integrado a partir del trabajo de los expertos y siempre a partir de recabar la opinión de los visitantes y analizar sus experiencias, que estarán también relacionadas con sus valoraciones y expectativas de cara a futuras visitas. Nosotros recomendamos que se intercambie esta información en red sobre los visitantes entre los diferentes lugares de nuestro patrimonio natural, estén donde estén, ya que las conclusiones serán muy parecidas en todos los casos.
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