Uno de los temas recurrentes sobre los museos locales y su administración, es el que se refiere a los cambios y tendencias en el mundo museístico contemporáneo a nivel de gestión. Si analizamos con un poco de profundidad este tema deberíamos formular preguntas importantes ( sobre todo dentro del marco económico) como ésta: ” desde el punto de vista económico,¿se producen realmente avances cualitativos y cuantitativos en la gestión interna del museo local dependiendo de sus relaciones con otras instituciones, con la autoridad local o con el gobierno central?”
Archivo EVE
El impacto de los factores económicos asociados a los cambios en las fuentes públicas y privadas de financiación, así como la dependencia de los museos públicos a las múltiples presiones y efectos de los mercados de consumo, son claramente decisivos en la formación de un nuevo discurso de gestión profesional en los museos, algo que aporta más atención orientada hacia el consumidor. Como consecuencia de las presiones políticas, bajo la forma de legislación gubernamental, y de las iniciativas de la gestión de la cultura de la administración local, estas influencias externas afectan al museo local y transforman su proceso de gestión en contextos muy complicados desde el punto de vista económico.
Si bien la integración de los museos en los mercados de consumo ha tenido lugar en los distintos sectores de la oferta de los museos en gran parte del mundo occidental, en museos dependientes de administraciones locales, en los estatales e incluso en los independientes, es en el sector de lo local donde se produce un mayor estrés en las fuerzas de mercado, lo que afecta directamente a las formas de gestión y administración. Uno de los directores de museos con los que hemos tenido ocasión de hablar, en este caso sobre un museo universitario, nos explicaba lo siguiente:
“… obviamente, si nos involucramos más con el movimiento independiente de los museos, somos muy conscientes de que tenemos que estar necesariamente mucho más alerta para que nuestro público entre por la puerta. Porque en última instancia, es una cuestión de ingresos… un museo nacional donde no se depende de los ingresos que provienen de los visitantes, hay mucha más libertad, obviamente, para hacer el tipo de cosas que sólo pueden apelar a un minoría.”
Aunque algunos de los museos independientes reciben alguna ayuda de la autoridad local, no mucha, el dinero recaudado de los derechos de admisión de visitantes está valorado como una línea de supervivencia vital. Esta situación de dependencia sobre los ingresos de los visitantes debería exigir un alto grado de sensibilidad hacia las preferencias, los gustos y las demandas del público, y la búsqueda de la eficiencia del museo para satisfacerlas:
“Cuando salgo por la noche sé cuántas personas han venido al museo, lo bien o mal que la tienda lo ha hecho y así sucesivamente. Todo el mundo lo sabe y, obviamente, concentramos nuestras mentes en esas cosas si se ven resultados, y luego nos hacemos las preguntas, ¿por qué no lo estamos haciendo tan bien como el año pasado? ¿Qué está pasando? ¿Es algo que tiene que ver con nosotros o con algo más profundo? ¿Cómo nos afecta a todos la recesión? Todos aquellos que tengan la responsabilidad de dirigir un negocio, ya no un museo, se formulará invariablemente este tipo de preguntas.”
Formular preguntas sobre las necesidades de los visitantes y encontrar respuestas apropiadas, es una prioridad máxima que tiene que estar equilibrada con la preservación y el cuidado de la estructura del museo como tal y su colección:
… y eso es lo que estamos haciendo en este momento, porque hemos tenido un programa importante de obras de construcción y rehabilitación… cada vez más el mercado de los museos es el grupo de edad más avanzada, se hacen viejos. Algunos museos envejecen muy bien y, evidentemente, se hace más fácil y sencilla su actualización y modernización. Lo fundamental aquí también es que el museo disponga de una categoría muy importante de personas motivadas, que sepan lo que tienen que hacer, sepan como ayudar, como ahorrar gastos, que incluso se impliquen en tareas de mantenimiento que requieren esfuerzo físico…
Como resultado de esta conciencia de mercado y supervivencia, el museo se dedica a mantenerse a flote, normalmente gracias a la implicación de sus trabajadores y no tanto a la ayuda de la administración local. Nosotros, por otra parte, hemos escuchado todo tipo de opiniones, en este caso la de un director de un museo del sector independiente, que nos hablaba sobre la necesidad de poder responder a las necesidades y demandas básicas de los visitantes en términos pragmáticos y absolutos:
“El museo pude ofrecer contenidos muy interesantes sobre el cuidado medioambiental y lo que ésto significa para el futuro, por ejemplo, pero si los baños están en bastante mal estado, si la limpieza está a la cola de la lista de necesidades que hay que cubrir, porque no tenemos el dinero para calentar el museo en invierno o refrigerarlo en verano… si el museo no resulta amable con el visitante, entonces no importa cuál sea su misión, sólo llegará a un mercado muy pequeño.”
Michael Scheinost
La opinión de este director reside en que, sin la inversión en servicios dirigidos al visitante, la economía de los museos desaparecerá en favor de… esos lugares que están en el negocio de atrapar a la gente; lugares que disponen de niveles mucho más grandes de inversión y consecuentemente presupuestos de desarrollo y marketing que nos hacen ser invisibles a los museos (malls, p.e.). Mientras haya necesariamente una relación de dependencia con los mercados, las tendencias de dichos mercados generarán en los museos dependientes de la autoridad local la necesidad de estar cada vez más de cerca del dinero puro y duro:
“… que ha sido una consecuencia de la situación de estos últimos diez años, el impacto de lo que podríamos denominar “liberalismo salvaje” en el mundo de los museos, con la consecuencia de que los museos se fijen en el campo de la comercialización… es realmente paradójico lo que nos está pasando, no es que sea malo que nos veamos obligados a vender un producto, lo preocupante es la forma en que lo estamos vendiendo…”
Etienne Capelle
Un especialista en marketing nos habló de la tendencia a que la aplicación de la ideología del mercado libre mine la credibilidad entre la profesión museística, en la que se consideran obligadas las acciones de mercadeo por encima de un compromiso real con la misión del museo:
“La mayoría de los directores de museos conocen muy bien todo lo que tiene que ver con la misión de sus instituciones con relación a la sociedad, pero si su economía no se compensa con su desempeño, es tontería. Finalmente, la misión del museo es la que aparece en su página web, si se la puede permitir, no tanto en el plano de su función real, que no es otra que la de luchar para no cerrar.”
Avard Woolaver
Si preguntamos a la gente que haya visitado un museo local sobre qué percibieron como cambios más significativos durante estos últimos diez años, comprobaremos que sus observaciones están relacionadas con la introducción de iniciativas orientadas al mercado. La moda predominante ahora en conceptos y frases de la museística tienen que ver con la reestructuración de la gestión, la rendición de cuentas, los indicadores de desempeño, la atención al cliente, etcétera: conceptos que han estado modificando las prácticas de los museos locales. Algunas de las personas que opinan sobre los cambios que se están viendo utilizan un lenguaje muy particular para describirlo:
“Quiero decir, a todo el mundo le gusta alejarse de hablar de cosas desagradables, se pueden utilizar términos amables para describir una realidad… pero lo que está sucediendo no es nada amable. Podemos decir que “reestructurar” es una buena palabra, pero la gente está perdiendo sus trabajos y los museos cierran y eso es una realidad en un contexto cada vez más hostil para los museos. No hay nada amable en intentar sobrevivir sin disponer de recursos financieros.”
Donnie Nunley
La actitud del director con el que hablábamos coincide con la de los trabajadores de los museos con los que hemos conversado, tanto en el sector público como en el privado. Un tema que surgió con intensidad recurrente en estas conversaciones fue que los museos no pueden sobrevivir solos en el mercado, no pueden. Para otro director de un museo público, la realidad de la relación que se mantiene con la administración local acaba resultando un severa limitación en todo lo relacionado con la propia misión del museo:
“Tendríamos que decir que muchos de los museos que reciben subvenciones de las autoridades locales se ven afectados por los cambios en su financiación, por lo que las acciones del gobierno central están haciendo cada vez más difícil ayudar a que los museos sigan funcionando. Los museos se han tenido que acostumbrar a mantenerse con poco, pero cada vez hay más competencia entre lo que parece ser la lucha de campo entre un mayor número de museos, además de los que están surgiendo, así que no sorprende que veamos museos que tengan que cerrar…”
Robert Vano
Esta tendencia, es tan verdadera para los museos locales como para el sector público, ya que los museos locales son, en gran medida, sólo nominalmente independientes, pues en realidad resultan extremadamente dependientes, atados a las subvenciones de la autoridad local. Podemos recoger el punto de vista del director de un museo local que se mantiene en la lucha:
“El objetivo siempre ha sido dirigir el museo como si fuera un negocio, pero no hay ningún museo en el país que realmente funcione como un negocio, ciertamente no en términos de vivir de los ingresos de las entradas de visitantes… es como la gestión de un gobierno que está tratando de hacer de la educación un negocio… no hay razón por la qué una escuela no deba funcionar con eficiencia, pero la educación no debe ser un negocio… que el cielo nos ayude, el liberalismo postula que si usted no tiene dinero, no puede permitirse una buena educación…”
fonte: @edisonmariotti #edisonmariotti
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